Agnes Grey, un clásico de Anne Brontë que retrata la sociedad británica del siglo XIX
Temas como la soledad, el aislamiento social y el papel de la mujer son abordados en una novela muy recomendable
Uno de esos clásicos de la literatura inglesa que merece ser leído. Una obra de Anne Brontë, la pequeña de tres hermanas que se dedicaron a escribir historias en la primera parte del siglo XIX. Agnes Grey (Ediciones Invisibles) es la historia de una institutriz que se tiene que enfrentar a numerosas situaciones incómodas y humillantes en sus diferentes trabajos debido a hijos malcriados.
Una novela bien escrita que trata temas como la soledad y el aislamiento social. Realista, son numerosas las reflexiones a las que nos invita Agnes Grey, una protagonista adelantada a sus tiempos. La autora retrata la sociedad británica de la época y el papel que desempeñaba la mujer en sectores como la educación.
Concluí que, a pesar de todo, Dios sabía lo que se hacía. Existen, supongo, hombres tan vanidosos, egoístas y crueles como ella, y tal vez las mujeres así puedan servir para castigarlos
Agnes GreyComo indica la sinopsis, "Agnes Grey es la hija de un pastor con escasos ingresos y de una dama de la alta sociedad que renunció a sus privilegios para casarse por amor. Cuando la familia atraviesa graves problemas económicos, Agnes se ofrece para trabajar como institutriz, propósito al que su madre y su hermana se oponen porque la ven todavía como a una niña. Pero Agnes encuentra trabajo con los Bloomfield, una familia rica con dos hijos malcriados. Así conocerá otros estilos de vida y, sobre todo, una realidad nueva".
La importancia de la religión, los prejuicios, el canon de belleza de la sociedad de entonces también forman parte del contenido de esta recomendable novela que transcurre a un ritmo pausado, pero que para nada se hace densa.
Así comienza...
Todas las historias verídicas encierran enseñanzas, si bien en algunas el tesoro puede ser difícil de encontrar y, una vez hallado, tan insignificante en cantidad que el fruto reseco y mustio apenas compense el esfuerzo de romper la cáscara. No soy yo la más indicada para juzgar si ese es el caso de mi historia; a veces creo que podría resultar útil para algunos y entretenida para otros, pero el mundo puede decidirlo por sí solo: amparada en mi propia oscuridad, en el transcurso de los años y en unos cuantos nombres ficticios, no temo arriesgarme y me dispone a exponer con franqueza ante el público lo que no revelaría al amigo más íntimo.