Arte, fotografía y amor en Búscame, una novela coral de Gregorio Casamayor
Una historia ambientada en el Nueva York de principios del siglo XXI
Gregorio Casamayor es el autor de Búscame (Acantilado), una novela coral que transcurre en Nueva York que aborda temas como el amor, el duelo y el arte. Ambientada a principios de siglo, las vidas de varios personajes se van entrelazando para componer, con una prosa muy cuidada, esta historia donde las relaciones personales tienen un gran significado. Las relaciones entre madre e hijo, las de amistad, las amorosas y las sexuales.
Aprendió en la soledad de su cuarto oscuro lo exigente que resultaba seleccionar sólo un manojo de fotografías: era una decisión arriesgada que requería un nivel de sinceridad muy doloroso
BúscameLos amantes de la fotografía y el arte disfrutarán especialmente con este libro. La obra del pintor Edward Hopper también tiene un papel destacado en la novela. El autor va tejiendo lazos con Paul Knobel como personaje principal. La pérdida por un ser querido y el sentido de culpabilidad también están muy presentes en este retrato artístico y sensorial que busca el contacto directo con las emociones.
La sinopsis
Una mañana lluviosa, el fotógrafo Paul Knobel encuentra un diario íntimo en una parada de taxis de Brooklyn. Mientras lo examina, el cuaderno se abre por azar en la entrada del 5 de julio, donde puede leerse una enigmática frase que traslada a Paul al último verano que pasó con su madre en Cape Cod. Acaso por esta coincidencia, el fotógrafo se pone en marcha para devolver el diario a su legítima propietaria, aunque ello le suponga enfrentarse a sus propios fantasmas.
Gregorio Casamayor construye en Búscame un relato coral que nos permitirá adentrarnos en la vida de Paul Knobel, en la de su ayudante, Rufus, en la de la autora del diario, Gloria Graham, y en la de su hija, así como en la del resto de personajes que conforman su universo. Una novela de tintes detectivescos que se revela como un relato certero sobre la identidad, los vínculos afectivos y las segundas oportunidades que nos brinda el azar.
Así comienza...
El diario que Paul Knobel examinaba con aprensión a causa de la humedad, mientras lo sostenía incómodo y lo hacía bascular de una mano a la otra, parecía condenado a desaparecer. Unos días atrás había estado a punto de deshacerse bajo la lluvia en la Grand Army Plaza de Brooklyn y, en ese momento, sólo por casualidad, o quizá a causa de una frase inesperada, desconcertante, descubierta al azar en una de sus páginas, conseguía eludir su destrucción por segunda vez. Habían pasado nueve días desde que Paul recogiera ese diario frente a la biblioteca pública: desde entonces había permanecido olvidado en el bolsillo exterior de una de sus bolsas, junto al resto de su equipo.