En casi todas las guerras han sido los grandes olvidados, a la vez que los mayores damnificados. Niños que pierden su infancia y que tienen que enfrentarse al odio y la barbarie del ser humano. También, en muchas ocasiones, los niños son los grandes olvidados de los libros, que se centran en destacar otros aspectos y personajes de los grandes conflictos históricos. 

En el libro que detallamos a continuación, los niños de la guerra son los protagonistas. Y es que Todo comenzó con esa maldita guerra (Ediciones Atlantis) recoge las dramáticas vivencias de aquellos niños que se tuvieron que marchar de España hacia la Unión Soviética por culpa de la Guerra Civil. 

Con un buen trabajo de documentación de fondo (el autor, Vladimir Merino Barrera, incluye en las páginas del libro cartas, documentos e imágenes) y sin perder nunca el hilo de los acontecimientos históricos, la novela, aunque ficción, retrata con una cuidada narrativa unos hechos que ocurrieron en la realidad. 

Josefina es la niña que protagoniza la historia, la niña que tuvo que marcharse de su país a la Unión Soviética, la niña que soportó el dolor y la crueldad de esa Europa de la Segunda Guerra Mundial. Una niña que, ya anciana, decide contar su historia a su nieta. Con muchos sentimientos encontrados y acercando la historia, el lector se verá pronto inmerso en un libro que también guarda un mensaje positivo y esperanzador. 

“El efecto es  inmediato; toda escena descarnada y cruel queda congelada y no por el frío. La sorpresa de los tres violadores es mayúscula y por momentos el silencio y la ausencia de acción se imponen. Seguramente el deseo criminal no ha desaparecido por el hecho de no ser alemanas las víctimas. Ellos saben que no habrá represalias si las violadas son de origen germano. Otra cosa es con las españolas; conocen perfectamente la condición de protegidas por Stalin y el estado soviético, y sería un gran error continuar con el macabro juego; quién sabe, podrían acabar en Siberia o peor aún”.