Larga vida a Isabel Allende: 'Violeta', su último gran éxito literario
Una larga carta de amores y romances apasionados. La historia de un siglo entre dos pandemias. Una novela protagonizada por una mujer libre y con mucha fortaleza
Una historia de amor entre dos pandemias que nació tras la muerte de Francisca Llona Barrios, la madre de Isabel Allende. El adiós de Panchita, como era conocida por amigos y familiares, a los 99 años, marcó el camino de esta historia a la escritora chilena.
Y así nació Violeta (Plaza y Janés), la historia de un siglo (desde la gripe española de 1920 hasta el covid de 2020) narrada a través de los ojos, pasiones y vida de una mujer especial. Violeta tiene parte de Panchita y viceversa. La novela es una larga y épica carta dirigida a su nieto. Allende tomó prestada esta voz de las más de 24.000 cartas que le envió su madre.
Nahuel se componía de una calle corta con varias casas de madera bastante destartaladas a ambos lados, un pequeño almacén cerrado a esa hora, una única construcción de ladrillos, que según Abel era de múltiples usos: correo, capilla cuando llegaba un cura por esos lados y lugar de reunión de los habitantes para decidir asuntos de la comunidad y para las celebraciones
'Violeta', de Isabel Allende"Violeta es un personaje parecido a mi madre en el sentido de que es bella, interesante, fuerte, irónica, atrevida y con una gran visión respecto al futuro y a las cosas. No se queda en su clase social y donde a ella le educaron A diferencia de mi madre, puede ser una mejor independiente. Y no hay feminismo sin independencia económica. ¿Qué tiene Violeta de mí? El personaje. Muchas de las anécdotas que me han pasado a mí se las di a Violeta", ha confesado Allende.
El amor y la muerte, temas muy presentes en su obra, también forman parte de Violeta, la historia de una mujer fuerte que nace en una pandemia y crece como una niña, la primera de la familia tras cinco hijos varones, mimada y consentida. Con el crack del 29, su familia lo pierde absolutamente todo y tiene que mudarse a una zona rural del país (no se nombra Chile, pero todo apunta al país de origen de la autora).
Los primeros amores, el estallido en Europa de la Segunda Guerra Mundial, la llegada a Latinoamérica de los refugiados, la dictadura, el tráfico de drogas, la mafia y los primeros movimientos feministas transitan por una novela con muchos guiños autobiográficos.
"Es posible enamorarse en la vejez con la misma intensidad y pasión que en la juventud", cuenta Violeta en una historia en la que va repasando sus amantes, sus pasiones y erotismo, sus miserias y pobreza, y su lucha por la liberación de las mujeres en un texto donde ficción y realidad se dan la mano para componer otra magistral novela de la autora chilena.
Así comienza...
Viena al mundo un viernes de tormenta en 1920, el año de la peste. Esa tarde de mi nacimiento se había cortado la electricidad, como solía suceder en los temporales, y habían encendido las velas y lámparas de queroseno, que siempre mantenían a mano para esas emergencias. María Gracia, mi madre, sintió las contracciones, que tan bien conocía, porque había parido cinco hijos, y se abandonó al sufrimiento, resignada a dar a luz a otro varón con ayuda de sus hermanas, quienes la habían asistido en ese trance varias veces y no se ofuscaban. El médico de la familia llevaba semanas trabajando sin descanso en uno de los hospitales de campaña y les pareció una imprudencia llamarlo para algo tan prosaico como un nacimiento. En ocasiones anteriores habían contado con una comadrona, siempre la misma, pero la mujer había sido una de las primeras víctimas de la influenza y no conocían a otra.