Un superviviente llamado Leningrado
En el especial MASLEER sobre el Holocausto nazi hemos analizado libros contados en primera persona, testimonios del antes, durante y el después.
Hemos abordado ensayos sobre la época, relatos ficcionados y títulos con visiones desde distintos puntos de vista y edades, y encuadrados en diferentes zonas relacionadas con una etapa negra de la historia de la humanidad.
En esta ocasión, el protagonista tiene nombre de ciudad. Leningrado. Asedio y sinfonía (Galaxia Gutenberg), de Brian Moynahan, es el retrato de una población que se vio golpeada de forma cruel: primero por Stalin y posteriormente por Hitler.
Pero entre el frío y el hambre, entre la represión y el asedio, entre el ruido de la guerra y el silencio de la muerte, entre Stalin y Hitler, aparece la Séptima Sinfonía de Shostakóvich. Música contra cañones. Un símbolo que recorre de principio a fin un libro de historias de la historia.
Con una mirada cultural al Leningrado de la década de los 40, con un retrato firme y documentado del sometimiento de Stalin y con una crónica de la invasión nazi, Moynahan recorre los horrores a los que se enfrentó Leningrado en la previa al conflicto bélico y durante la Segunda Guerra Mundial.
Con una narración muy detallada y brillante, Leningrado es el gran personaje, es el superviviente, es el héroe que logró vencer a dos diablos. Y junto a Leningrado camina la historia de la creación del Leningrado musical, la Séptima Sinfonía, la obra de Shostakóvic que aporta un final esperanzador al escalofrío que acompaña a la mayor parte del libro.
Moynahan consigue combinar de forma adecuada el relato de los hechos, con los apuntes biográficos de Shostakóvich y las pinceladas culturales y musicales que va ofreciendo a lo largo de un libro intenso, pero con un ritmo nada cansino. Un ritmo marcado por esa batuta -magistral la escena de la orquesta- que logró silenciar al horror.