Razones para leer los libros de Domingo Villar
El escritor español, fallecido en 2022, deja obras que le hacen merecedor de ser considerado uno de los mejores creadores de novela negra, gracias a su personaje Leo Caldas
“Lo que diferencia las novelas policiacas de las demás es que en las policiacas el muerto suele aparecer al principio”. Ramiro Pinilla.
Esta cita que Domingo Villar (Vigo, 1971-2022) colocó en su perfil de Twitter, aún activo a día de hoy, habla a las claras del escritor.
Escritor y periodista español, Domingo Villar destacó por su trabajo como guionista de cine y televisión.
Considerado uno de los reyes de la novela policiaca en España, el policía vigués Leo Caldas es uno de esos personajes de culto que cualquiera que escriba anhela crear.
Dentro del género de la novela negra y policíaca, hay quien no olvida a protagonistas como Peoe Carvalho, de Manuel Vázquez Montalbán, o o el espía jerezano Lorenzo Falcó creado por Arturo Pérez-Reverte.
Caldas, el particular policía gallego es uno de esos protagonistas que marcan. Humano, extraño y muy sagaz, tanto como capaz de desarrollar múltiples teorías y líneas de investigación para intentar llegar a la resolución del caso.
¿Por qué leer a Domingo Villar?
Si necesitas motivos para leer las obras de Domingo Villar, aquí tienes algunas:
- Es un auténtico maestro del género.
- Sus historias están tan bien escritas como hilvanada su trama.
- Leo Caldas es uno de esos personajes especiales, con los que quien lee acaba teniendo una relación especial.
- El juego de intentar adivinar por dónde va el juego entre escritor-lector es estupendo.
- Da igual el número de páginas, una vez que comienzas, hay un momento en el que la obra te engancha de tal manera que no puedes parar de leer.
Un fallecimiento prematuro que deja huérfano a Leo Caldas... y a Galicia
El repentino fallecimiento de Domingo Villar deja huérfana a la legión de lectores que tienen sus obras.
Galicia, con un peso fundamental en el contexto de las investigaciones de Leo Caldas, también llorará su ausencia.
Tanto su tierra, como su gran personaje, quedan huérfanos.