Aunque por apariencia pueda parecerlo, no nos encontramos ante un libro de fotografía, aunque bien es cierto que la imagen juega un papel importante. Pero la palabra toma también su protagonismo para abrazar el alma del lector que se acerque a Entre mi corazón y mi índice, mucho más que un libro. Y es que nos encontramos ante un proyecto, si se me permite la expresión, fotoliterario que guarda cinco años de trabajo e inquietudes de Carlos Duarte (Jerez, 1972), el autor de este mágico tesoro. 

Duarte, medalla de oro de la Confederación Española de Fotografía, es un tipo inquieto, vitalista, optimista y aventurero que transmite cantidad de emociones y sentimientos a lo largo de un relato compuesto por cinco capítulos que nos llevará allá donde la globalización no llega para conocer historias de personas, pueblos y etnias que viven alejadas de la arrogancia del llamado primer mundo. Una historia con la que recorreremos Malí, Etiopia, Myanmar y Rajastán. Un viaje al corazón, un retrato sensible, una fotografía poética y un baile de sensaciones que nos llenarán interiormente. 

Un libro que, como apunta el fotógrafo Julián Ochoa en el prólogo, es "respiración, alma, intriga, sencillez, emoción y expiración". Una obra que "va a conseguir retorcernos en el asiento con el vano intento de estar cómodos". Y que nos va a hacer reencontrarnos con nosotros mismos, con ese yo que a veces anda perdido y que aparecerá durante la lectura de este libro para tocarnos la fibra y reflexionar sobre la vida y el mundo. 

Entre mi corazón y mi índice tiene además carácter solidario, ya que los beneficios obtenidos por su venta han sido destinados a Upace para apoyar a las personas que sufren parálisis cerebral. “Con esta acción -afirma el autor- simplemente pretendo devolver a las personas lo que me hicieron sentir y vivir a lo largo de los cinco capítulos del libro”.