La Reveladora, una novela gótica con tintes sobrenaturales
Daryl Gregory mezcla con acierto el género fantástico con el noir
Una historia de las que absorbe y sobrecoge, una novela gótica que cuenta con una gran ambientación y que aborda temas interesantes como la familia o el fanatismo religioso. Daryl Gregory es el autor de La reveladora (Blackie Books), una obra que nos lleva a la América rural de la década de los años 30 y 40 del siglo pasado.
Llena de intriga, el terror con el que nos encontramos no es el habitual. El autor logra mantener al lector inquieto, expectante, manejando bien los tiempos y dándole vida al misterio. La historia, a la que no le faltan elementos sobrenaturales, está contada en dos líneas temporales. Por un lado, nos encontramos a Stella Birch, la protagonista, cuando era una niña y, por el otro, siendo ya adulta.
La prosa está muy cuidada, pero no se trata de un libro fácil. No es de los que entretienen simplemente y son devorados rápidamente. La lectura te atrapa, pero también hay momentos en los que te estremece. Hay que ir con pausa, disfrutando del camino.
La tensión se mantiene a un buen nivel durante toda la trama y las narraciones están cargadas de belleza. El resultado de la mezcla entre el género fantástico y el noir es enriquecedor.
Entre los secretos familiares iremos pasando páginas con la necesidad de saber qué es lo que pasa al final. La protagonista está perfectamente definida y es uno de esos personajes que dejan huella. Una historia recomendable que cuenta con una sobresaliente edición de Blackie Books.
Así comienza...
Stella Wallace conoció al Dios de su familia cuando tenía nueve años. Más tarde, no sabría decir por qué no había salido corriendo al verlo. Se quedó inmóvil, mirándolo fijamente, pero no por miedo, ni siquiera por la impresión. Fue por otra cosa. Asombro tal vez, un asombro tan intenso que era casi adoración.
Papá le había contado que había nacido en el valle, pero que se habían marchado cuando aún era demasiado pequeño como para recordarlo. Aquel era el lugar donde había nacido también mamá y donde había regresado a morir tras enfermar. Y donde nunca le había contado a Stella mucho más que eso.