La llama inmortal de Stephen Crane, la nueva obra de Paul Auster
Un recorrido fascinante por la figura de Stephen Crane y por los años en los que Estados Unidos pasó de ser el país de Billy el Niño a convertirse en la América de Rockefeller
"Escribió tanto en un periodo de tiempo tan corto (apenas ocho años) y trabajó formas tan variadas que el mundo no podía seguirle el ritmo. Muy pocas personas —si es que hubo alguna— tuvieron la menor idea acerca de la amplitud de sus miras mientras vivió y, tras su fallecimiento, su figura perduró gracias exclusivamente a su novela bélica, su gran éxito literario (La roja insignia del valor). Por razones que siguen asombrándome, el grueso de su trabajo permanece en las sombras. De no haber sido así, jamás se me habría ocurrido escribir este libro".
De esta forma habla Paul Auster sobre el protagonista que da vida a su última obra, La llama inmortal de Stephen Crane (Seix Barral). La tan breve como agitada vida de Stephen Crane se enmarca casi de forma literal en el último cuarto del siglo xix, un periodo lleno de cambios profundos e inventos excitantes que ponen las bases de una realidad vertiginosamente distinta a aquella con la que habían estado familiarizados los individuos que habían vivido apenas unas décadas antes.
Por razones que siguen asombrándome, el grueso de su trabajo permanece en las sombras. De no haber sido así, jamás se me habría ocurrido escribir este libro
Paul AusterEscribe Paul Auster que "entre las cosas nuevas que surgieron en el mundo durante esos años, una lista parcial incluiría las siguientes: el alambre de espino, las orejeras, el silo, los pantalones vaqueros, el suspensorio, el mimeógrafo, el teléfono, la pila seca, el fonógrafo, el funicular, el kétchup Heinz, la cerveza Budweiser, la Liga Nacional de clubs de béisbol profesional, la caja registradora, la máquina de escribir, la bombilla de luz incandescente, la escoba mecánica…".
El listado sigue y sigue hasta cerrar con "la cámara cinematográfica portátil, el proyector de películas, el control remoto, el motor de combustión interna, el matamoscas, la chincheta y el algodón de azúcar".