Gabo se fue, Macondo llora
Nació en Aracataca, un pequeño pueblo de Colombia, un 6 de marzo de 1927. Y hoy, en su casa del Pedregal de San Ángel, en México DF, ha escrito el último relato de su vida. Se ha ido uno de los escritores más influyentes del siglo XX, se ha marchado a un Macondo eterno el Premio Nobel de literatura de 1982.
Su final, tras los últimos golpes de su enfermedad, era como el de Crónica de una muerte anunciada. Se esperaba sin quererlo ese adiós de uno de los grandes referentes del realismo mágico. Hoy, al mediodía mexicano, ha fallecido Gabriel García Márquez.
Aunque su pluma llevaba años descansando tras arrebatatársela el Alzheimer, sus letras no caerán en el olvido tras su partida. Su legado es impresionante y, por si no hubiera sido bastante con la grandeza de su obra literaria y periodística, Gabo ha dejado una novela inédita que estaba finalizada cuando le sorprendió el olvido.
El Nobel se lo llevó por Cien años de soledad, la obra más vendida en castellano tras El Quijote de Cervantes. Pero su bibliografía es extensa, siempre invitando a soñar, siempre transportando a mundos donde lo real y lo irreal se dan la mano.
Gabito tenía el don de narrar todo sin tener nada. Argumentos simples como el de El coronel no tiene quien le escriba los convertía con su capacidad de contar las cosas en historias sorprendentes. El amor en los tiempos del cólera es una obra que tiene la capacidad de enamorar con su lectura, de la misma forma que Del amor y otros demonios te atrapa en el mundo del amor prohibido.
Tras sus inicios periodísticos en Colombia, a García Márquez le tocó recorrer mundo. De su país natal a Nueva York y de Estados Unidos a Europa. En Barcelona escribió El otoño del patriarca. Y entre idas y venidas, en 1975 se instaló definitivamente en ese México que hoy le ha visto partir hacia ese lugar donde seguro que Gabo seguirá viviendo para contar.