Una vuelta a la década de los 90 en un retrato de la España de los 'millenials'

"Los niños tienen muchas formas de desaparecer. Crecer es la más inocua de todas ellas. Pienso en ello ahora que he vuelto a vivir con mi madre, ahora que un gizmo de peluche vuelve a vigilar mi sueño con su mirada bizca, ahora que la vida me ha arrojado como un náufrago a las costas de mi infancia, y me rodean los signos desencarnados de una niñez ideal, diligente, aplicada, escolarizada". Así comienza La Edad de Tiza, la primera novela de Álvaro Ceballos. 

Un retrato generacional, un libro que nos llevará de regreso a la década de los 90 para volver a sentir buena parte de aquello que fuimos. Es el año 1991 y nos encontramos en un colegio concertado masculino. De las chicas nada se sabe, todavía queda mucho para acercarse a ellas, casi tanto como de la España del futuro que se hace presente en esta historia. 

Entre el drama y la comedia, entre las risas y el llanto, transita una novela de intriga protagonizada por una juventud llena de intrigas. El misterio de la desaparición de una cinta de vídeo sobre educación sexual da origen a otras circunstancias difíciles de explicar. Una historia amena y entretenida, de las que se lee en dos tardes y que tiene esa aroma especial a nostalgia. 

Con una correcta ambientación y una prosa de lo más cuidada, Ceballos consigue llevar al lector hasta su pasado para que, además de reírnos con muchos pasajes, reflexionemos también sobre todo eso que se ha ido perdiendo en el camino con el paso del tiempo. Muchas de esas expectativas de esa generación de los millenials a la que se vendió que eran los más preparados de la historia pasan por las páginas de esta ópera prima del autor.