Conspiraciones, temas ocultos y organizaciones secretas en 'El secreto del mercurio rojo'
Una novela de Ernesto Hernández que no tiene nada que envidiar a las escritas por Dan Brown
¿El mercurio rojo podría ser el conocimiento perdido, la famosa piedra filosofal? ¿Qué relación tiene la Alquimia con una organización secreta que domina el mundo? Estas dos cuestiones son la puerta de entrada a El secreto del mercurio rojo. La hermandad del Templo Debod (Cáprica Ediciones), una de esas novelas que acaban sorprendiéndote notablemente. Ernesto Hernández es el autor de una obra que, como se apunta en la cubierta, "nos enseña que solo se puede vivir sobre la cuerda floja, anhelando, luchando, en una tensión nunca del todo colmada".
Tensión, intriga, aventuras y secretos nos encontraremos en esta novela sobre temas ocultos que se lee de manera ágil y que recuerda a historias como las creadas por Dan Brown. Muchos son los elementos atractivos que entran en juego y que dotan de ritmo al libro. Las conspiraciones secretas suelen ser un punto de enganche para muchos autores y, en este sentido, el autor mueve muy bien los hilos de la narración para ir encajando a la perfección las piezas.
El relato nos atrapa desde el primer momento y nos mantiene atento a lo largo de una historia que nos acercará a un templo egipcio que ha sido trasladado a un Madrid que "agota los tiempos y las maneras del franquismo". Serán numerosos los viajes que emprenderemos, entre ellos el de la búsqueda del antiguo templo de Debod en Egipto.
Con mi mente del siglo XXI, pensé que se trataba de un buen truco, planificado con algún tipo de resorte o doble fondo, pero al momento del hecho, puede constatar que se trataba de verdadera tecnología o 'magia' alquímica como decía el marqués, cuando verifiqué la dureza de aquellas losetas que tapizaban el suelo, el muro compacto y la no existencia de grietas
El secreto del mercurio rojoEl autor (en la imagen), firma una trama detectivesca que nos hará recorrer, además de la capital de España, lugares de Francia, Italia y Egipto. Entre conspiraciones, con la transición española y la Guerra Fría de fondo, nos adentramos en el viaje iniciático que emprende el protagonista de una novela de lo más entretenida.
Adriano Pérez desvela en el prólogo todo lo que nos encontramos a lo largo de El secreto del mercurio rojo. "Conspiraciones que eslabonan los milenios como una sarta de cuentas a cada cual más brillante, alquimistas de maneras sutiles, mistagogos, razas extraplanetarias, un templo egipcio reconstruido en las entrañas de Madrid, ciudades míticas, sabios del cosmopolitismo alejandrino que alumbran las bases de la ciencia moderna, artilugios que permiten viajar en el tiempo, palacios barrocos y quintaesencias de poderes incalculables que están en la mira de los servicios secretos de las grandes potencias, personajes en los cuales a menudo no es posible deslindar la ficción de lo real, pues ambos términos en lo que a esta historia concierne, son intercambiables".
Así comienza...
"Estoy mirando por la ventana, es un día lluvioso, de tenue neblina. Desde la ventana de mi despacho, en la planta veintinueve, tengo una visión lineal de Madrid y su principal avenida, la Castellana.
La arteria está llena de edificios señoriales y rascacielos: grandes empresas de finanzas y bancos. Decidí trasladar la sede de mi empresa, una gestora de fondos de inversión, cuando llegué a los mil millones de volumen. Podía y debía codearme con los grandes, pues los últimos seis años había crecido como la espuma el fondo que gestionaba. Todos querían invertir conmigo desde que la prensa económica me apodó, hace un año, como el nuevo rey Midas de los mercados emergentes y las materias primas".