Aromas de superación en el Londres del siglo XVII
No es una novela histórica, aunque no faltan las pinceladas a la sociedad, clase obrera y acontecimientos de la Inglaterra de mediados del siglo XVII. Tampoco es una novela de amor. La hija del boticario (Maeva) es una novela de aromas, de esencias literarias, medicinas naturales y plantas curativas.
La historia que cuenta Charlotte Betts embriaga por su combinación de olores en un relato que mezcla la maloliente peste con el fuego del gran incendio de Londres de 1866 y la lucha de una protagonista que se enfrenta a la sociedad de la época.
Susannah es la hija del boticario. Una mujer adelantada a los tiempos. Interesada en los temas relacionados con las ciencias, los médicos de la zona reciben su ayuda en forma de unos brevajes que prepara para los enfermos. Tras convertirse en una especie de Cenicienta con la llegada al hogar paterno de una joven mujer que se casa con su padre viudo, Susannah decide abandonar su casa.
Este hecho marca un antes y un después en una historia envuelta en los acontecimientos de la época. La esclavitud y esa pluralidad cultural por la que destacaba la capital británica no escapan a una narración que no se olvida de los pequeños detalles.
Una novela que tiene también un mensaje moralizador. Cuando todo invitaba a que lo mejor era irse, abandonar, huir, Susannah afronta con valentía su destino y toma las riendas de su vida, tomando decisiones imprevisibles para superar las adversidades: las deudas que le deja su marido y la epidemia médica y social.