El aspecto del diablo

Craig Russell firma un thriller psicológico ambientado en la Checoslovaquia de 1935

     

Entre la ficción y la realidad camina El aspecto del diablo (Roca Editorial), un inteligente thriller obra de Craig Russell. Con una trama original y una notable documentación, el autor nos traslada hasta la Checoslovaquia de poco antes de la Segunda Guerra Mundial (1935 para ser exactos) para adentrarnos en la mente de los seis asesinos más despiadados de Centroeuropa. 

Con una ambientación de terror gótico buscaremos qué aspecto tiene esa especie de demonio que se les aparece a los seis criminales. Un joven psiquiatra será el encargado de analizar a estos seis tipos peligrosos que se encuentran ingresados en un sanatorio mental. 

Al mismo tiempo, la trama nos lleva tras los pasos de un asesino en serie que trata de imitar a Jack el Destripador. Leyendas, mitos y tensiones éticas forman parte de esta oscura fábula de gran terror psicológico. La trama está bien construida, con personajes bien cerrados y con un desenlace final que sorprenderá al lector. 

Su poder y la abrumadora presencia de los muertos me impresionó instantáneamente. Había multitud de ellos, esqueletizados; huesos arrancados y ensamblados con el arte más extraño y siniestramente conmovedor

El aspecto del diablo

El aspecto del diablo no escapa a otros temas como el nacimiento de la barbarie nazi en este inquietante viaje por la mente humana. Con momentos de angustia, inquietud y mucho suspense, el lector disfrutará de la lectura a pesar de estar caminando constantemente por la oscuridad de una novela que no dejará a nadie indiferente. 

Así comienza...

"A finales del otoño de 1935, el doctor Viktor Kosárek, un hombre alto y delgado, tenía solo veintinueve años. Era guapo, aunque su belleza no era la que suelen poseer la mayoría de los nacidos en Bohemia. En su larga y delicada nariz, sus pómulos altos y pronunciados, sus serios ojos v verde azulados y su pelo negro azache había un vestigio de antigua nobleza. A una edad en la que la mayoría de las personas tiene un aspecto joven, los duros rasgos de Viktor Kosárek la hacían parecer mayor de lo que realmente era: le conferían una falsa  madurez y una autoridad involuntaria, que le venían bien en su trabajo. Como psiquiatra, su obligación profesional era descubrir secretos íntimos, arrojar luz en los rincones más sombríos y protegidos de mentes enfermas; y sus pacientes no iban a revelar sus secretos mejor guardados, depositar sus más lúgubres desesperaciones y deseos en manos de un chaval". 

Por: Manuel Muñoz
Fecha: 12-06-2019