Aprender a volar con cáncer y disfrutando de la amistad
El doctor Alberto García-Salido se estrena con nota en el mundo de las letras con una historia de lo más emotiva
Un libro fácil de leer, una historia muy emotiva, un viaje para Aprender a volar (Ediciones B) junto a Alberto García-Salido. Este pediatra intensivista y doctor en Medicina ha escrito una obra de esas que te reconcilian con la vida, que te animan a exprimir cada segundo al máximo. Con nota se estrena en el mundo de las letras.
Dura y triste por momentos, la novela nos cuenta el viaje que realizan Luis y Diego. El primero es un chico de 16 años al que la vida le cambia por completo cuando le diagnostican un cáncer. Diego, por su parte, es residente en la planta de Oncología en la que está ingresado el joven. Estamos en Madrid. Pleno agosto. Y Luis tiene el sueño de viajar a Tarifa para despedirse de una chica que le robó el corazón el verano anterior.
De esta forma, Luis y Diego inician un viaje repleto de emociones y que le da valor a la amistad sin importar las edades y a las personas por encima de lo que son, de sus profesiones. El final nos lo podemos llegar a imaginar, pero es necesario realizar el trayecto vital a través de las páginas de un libro reconfortante, inspirador y bien escrito.
Así comienza...
Las manos en la arena.
Enterradas para dejarse llevar.
Y los ojos de Luis mirando al horizonte. Con el sol cayendo despacio hacia la línea recta que hace el mar con el cielo. En los oídos el baile de las olas y sobre la piel de la nuca una ligera brisa que le lleva olor a sal y trae la carcajada de varios desconocidos en la distancia.
Luis sonríe y encoge las piernas.
Le cuesta doblar la rodilla derecha y siente una pequeña presión en el pecho. Cada respiración haciendo baile con el agua que se hace espuma en la orilla. Quizá un diálogo entre algo que se acaba y algo que nunca termina.