A Marilyn Monroe los caballeros la prefieren muerta
Interesante novela de Carmen Moreno que retrata la relación que tuvo la mítica actriz con los hombres de su vida
Todos conocemos parte de su historia. Habrá pocos seres en el mundo que no sepan identificar su rostro. Hablamos de Norma Jeane. ¿Qué no te suena? ¿Y si nos referimos a Marilyn Monroe? Ahora seguro que sí, ¿no? Es la Ambición Rubia, el mito de Hollywood, la leyenda del cine.
Ahora que ha vuelto a la gran pantalla, con Blonde, una película que ha creado un gran debate sobre la figura de la actriz que se vende en el largometraje, también Marilyn ha regresado al mundo de los libros con Los caballeros las prefieren muertas (Algaida), una interesante novela de Carmen Moreno que retrata la relación que tuvo la actriz con los hombres de su vida y que ofrece una radiografía de ese Hollywood despiadado y feroz.
Un par de horas después: las risas, el abrazo, los fonazos, las miradas llenas de ternura, de miedo, de candidez... Luego ella, siempre ella. Por encima de todo. Su voz al otro lado del teléfono y él saltando de su sillón de lectura rezando para que fuesen sus palabras
Los caballeros las prefieren muertasJim Dougherty, David Conover, André de Dienes, Joseph Schenck, Joe DiMaggio, Frank Sinatra, Arthur Miller, Fred Otash, Marlon Brandon y John Fitzgerald Kennedy son algunos de esos personajes masculinos que, de alguna forma u otra, utilizaron a Marilyn. Ellos forman parte de esta novela que refleja la inocencia de la actriz, sus sueños y todo aquello que la llevó a la perdición.
El libro también recoge un capítulo donde aparece íntegramente la autopsia que realizaron al cadáver de Monroe. "Hígado, riñón, estómago y contenido, orina y el intestino se guardan para su posterior estudio toxicológico. Se hace frotis vaginal", concluye este capítulo que examina las causas de la muerte una estrella del celuloide cinematográfico.
Un cadáver (así comienza el capítulo 29)
El primer policía que acudió a casa de la actriz tras el aviso de su muerte fue Jack Clemmons, que llegó alrededor de las ocho de la mañana.
Los vecinos testificaron que a las diez y media llegaba una ambulancia a casa de Marilyn que habían oído el sonido de un helicóptero y que habían visto salir a Robert Kennedy de la casa a eso de las diez de la noche. Después´s llegaron el psiquiatra de Marilyn, Ralph Greenson, y el doctor Hyman Engelberg, que habría intentado recuperar a la actriz.
A Clemmons no le cuadraba nada de lo que le estaban contando y así lo hizo constar en el atetado.
Eunice Murray mentía.