Viento narrativo para sentir México
Abróchense los cinturones que volvemos a coger la maleta de la imaginación para viajar en un Volkswagen por el país de los mayas. Juan Villoro, autor de Palmeras de la brisa rápida (Altaïr) nos acompañará en este recorrido que iniciamos a velocidad de crucero. Juan Ruiz y Estela Milán, abuelos del autor, harán las veces de anfitriones en este viaje por los recuerdos, la nostalgia y los misterios del pasado de las tierras yucatecas. Una obra, para conocer y sentir más de cerca México, que llega con aire fresco a nuestro especial sobre libros de viajes.Un libro de sabores, de sonidos, de trovadores y de Ricardo Palmerín. Una vuelta a los orígenes, un regreso al ayer que el autor realiza en 1988 a la tierra de su madre, de su abuela. Una crónica de viajes escrita con esa naturalidad que tanto gusta cuando nos encontramos con este tipo de libros y queremos olfatear, probar y sentir lo mismo que el viajero en cuestión.
No faltan las dosis de humor en una lectura en la que abundan las pinceladas históricos. A lo largo de su viaje, Juan Villoro bucea en la memoria para buscar una y otra vez a su abuela, compañera inseparable en esta aventura que nos muestra las peculiaridades de los actores secundarios de este libro.
"Yucatán está lleno de personajes que se fugan en la memoria y desaparecen sin dejar más rastro que una fotografía, el gesto de asombro ante el flash que puede confundirse con el temor, una suprema sencillez, un sentirse nada en un mundo capaz de lanzar tal fogonazo. Los familiares comentan era tan bueno, el pobre y se refieren más a esa equívoca mirada que a la conducta de difunto. En realidad, no recuerdan muy bien por qué era bueno (aunque morir es la manera más común de serlo)".
Te detendrás en el libro, pero no te perderás en ningún laberinto. El autor no abusa para nada de metáforas ni de un lenguaje que pueda acabar convirtiendo el viaje en todo un aburrimiento. Todo lo contrario, Villoro relata de forma ágil y sencilla, pero sin dejar de cuidar su prosa, un texto que acaba convirtiéndose en una conversación en voz alta con los lugareños. Como bien se apunta en la contra del libro, Palmeras de la brisa rápida es "un viaje a un destino emocional, un viaje a un estilo narrativo". Una narración en la que no faltan las referencias literarias y que cuando llega a su fin nos deja claro que "la vida no acierta a terminar".