Viajero García Márquez
El pasado día 17 se cumplían dos años del fallecimiento de Gabriel García Márquez. Dos años de soledad sin el Nobel colombiano. Aprovechando la efeméride nos quedamos con una crítica social desde la mirada de un joven Gabo que allá por los 50 del pasado siglo decidió recorrer la Europa socialista. Y su viaje lo plasmó, no podía ser de otra forma, en un libro.De viaje por la Europa del Este (Literatura Random House) es una crónica de viajes, desde Alemania a la extinta URSS, recorriendo también países como Polonía, Hungría o Checoslovaquia. En esta aventura queda patente el carácter periodístico de un García Márquez que no se olvida tampoco de sus irónicos guiños. Su forma de contar está presente en este recorrido literario por el ayer. "Literatura periodística", como el propio Nobel lo llama.
El viaje lo hizo durante el período que estuvo como corresponsal en París para El Espectador de Colombia. El 18 de junio de 1957, a las diez de la mañana en un café de Franckfort, fue cuando comenzó un paseo europeo que situaría al escritor atravesando primero la "cortina de hierro", expresión que utiliza el Nobel para referirse al Telón de Acero.
Visitas turísticas, reflexiones sociales, curiosidades e inquietudes forman parte de este libro. "Stalin está sumergido en un sueño sin remordimientos". Así es como define García Márquez al dictador tras su paso por el Mausóleo de la Plaza Roja de Moscú en el que se encuentra. También describe con esa capacidad narrativa que le caracterizó, el cuerpo embalsamado de Lenin.
El viaje por la Europa del este lo hace en compañía de Franco "un italiano errante" y Jaqueline, una francesa de origen indochino. Dos personajes en la ficción que en la realidad eran su amigo Plinio Apuleyo Mendoza y su hermana Soledad.
A lo largo del libro, el García Márquez periodista comparte balanza con el escritor en un retrato muy realista de esa Europa de los soviets y el socialismo real. A pesar de las trabas con las que se encontró durante los tres meses de viaje, el escritor de Aracataca se mantiene fiel a su escritura sin prejuicios.
Impregnado a cada momento por su estilo incomparable y su prosa, nos encontramos ante un relato al que no le faltan los detalles de descripciones tan propias del autor, que realiza una gran intrepretación de la situación política del momento.
"Yo no quería conocer a una Unión Soviética peinada para recibir una visita. A los países, como a las mujeres, hay que conocerlos acabados de levantar". Simplemente genial. Magistral García Márquez.