Unos crímenes del carnaval que no son lo que parecen en Nadie vive aquí
Novela escrita por Jordi Padrosa, que combina una narración ágil con una atmósfera envolvente
"La cara se ha hundido hasta quedar sepultada bajo incontables pliegues. Las sombras proyectadas por la lámpara acentúan los hoyos donde antes hubo carne. Desenfoco la vista y veo al hombre que fue. Su respiración es superficial: el poco aire que entra no consigue hinchar la caja torácica y al salir deja un rastro de silbidos y crepitaciones. La tía Carmen se asoma por la puerta entornada". Así comienza Nadie vive aquí (Pie de Página).
Jordi Padrosa es el autor de una historia que nos llevará hasta Mirablaua, un pueblo que ha pasado a ser conocido en todo el país por los crímenes del carnaval que ocurrieron treinta años atrás, cuando cuatro niños fueron raptados, apareciendo dos de ellos muertos. Otro de ellos fue encontrado desorientado por un pinar, mientras que el cuarto nunca volvió a ser visto por nadie.
Diego, como detalla la sinopsis, es el primo del niño desaparecido y lleva mucho tiempo viviendo en la ciudad, pero los problemas con su jefe y con una prostituta con quien mantiene una relación tormentosa le hacen regresar al pueblo en busca de algo de tranquilidad.
A su vuelta a sus orígenes se encuentra con más de lo mismo, como si el tiempo no hubiera avanzado. Con su padre enfermo, su tía Carmen, la madre de su primo desaparecido, sigue atrapada en ese suceso. Para ella, la vida se detuvo para siempre en el momento en el que su hijo faltó de su casa.
Viva o muerta, el final es el mismo: yo aquí y tú no, y entre nosotros todas las posibilidades que caben en una cabeza
Nadie vive aquíMientras que se adapta a su nueva vida en el pueblo, Diego va descubriendo que aquellos crímenes del carnaval están distanciados en la realidad de la versión oficial que se ha ido contando. El libro va combinando los hechos del presente con detalles sobre lo que se ha ido narrando sobre esos crímenes que forman parte del misterio de esta interesante novela.