Una irónica y delirante 'matrioskada'
No esperes una novela negra ni pienses que te vas a encontrar con una de humor. Ni siquiera busques un género específico ya que hay autores, como Juan Aparicio Belmonte, cuyo sello personal queda por encima de encuadres y perfiles.
Ante todo criminal (Siruela) tan pronto puede ser una novela negra de humor como una ficción de humor con tintes negros. Por eso, como decía, mejor no catalogarla y sí definirla: disparatada y delirante. Así es y resulta este juego constante con la ironía y el humor ácido que se convierte en una matrioska literaria, con muchas novelas dentro de la propia novela.
Y numerosos hilos dentro de un argumento en el que habita un escritor de segunda que tiene que escribir una historia de primera sobre el pasado de izquierdas del Real Madrid. Casi nada al aparato, que diría el clásico.
Entre mujeres bellas y ese punto que tiene unir la corrupción y el mundo del fútbol, no faltan las investigaciones ni, por supuesto, el asesinato. En esta ocasión, de un empresario muy especial que comparte cartel en Ante todo criminal con una obsesiva comisaria que roza el delirio. Casi como el resto de la novela, en pelea constante con la parodia a las historias de detectives.
Por cierto, capítulo extra para la cubierta del libro. Sí, ahora vendría el cuento de no juzguen a un libro por su imagen de portada y tal... ¿La han visto? Se acabó el juicio. ¡Pum! Sencillamente, tremenda.