Soho, una comedia urbana sobre la gentrificación
Fiona Mozley es la autora del lienzo de una sociedad cambiante que queda retratada en una comunidad en ebullición
La siguiente novela no es recomendable para todo tipo de lectores. Soho (AdN), de Fiona Mozley, es un relato peculiar. La historia nos lleva hasta Londres para acercarnos a un edificio del Soho que está a punto de ser derribado. Al menos, esta es la intención de la propietaria, que quiere hacer su agosto vendiendo la superficie para la construcción de locales comerciales.
A partir de aquí son numerosos los personajes que van apareciendo, aportando sus historias a una narración que trata el tema de la gentrificación. Londres, prácticamente, se convierte en un personaje más de la novela entre personas sin hogar, proxenetas y chicas que trabajan en un burdel.
Le ha enviado un par de reseñas y Bastian las lee. Suena estrambótico. El Festín consiste en una sola mesa larga situada en un teatro abandonado del Soho. Todos los presentes se sientan en bancos y comen cortes de carne de un animal que se ha cocinado lentamente durante horas
SohoEl colectivo del edificio decide protestar ante la posible destrucción del mismo. El ritmo a veces se ralentiza, pero hay momentos con un tono ágil. También tiene pasajes divertidos que el dan un extra a una historia, cuanto menos, extravagante. Los personajes son singulares, llamativos, pero van apareciendo tantos que, en algunas ocasiones, tienes que recomponer todo para situarte.
La autora nos ofrece un lienzo de una sociedad cambiante que queda retratada en esa comunidad en ebullición. Una lectura que defiende la feminidad y que aborda algunos problemas multigeneracionales.
La sinopsis
¿Sabías que en la época de los Tudor todos los burdeles estaban al sur del río, en Southwark, y que no fue hasta mucho después cuando se trasladaron al Soho? Lupanares, los llamaban en esa época.
Soho: un sitio cáustico, húmedo, insaciable. La única zona de Londres que realmente nunca duerme. Turistas que se pasean, oportunistas que merodean, adictos que se arrastran, trabajadoras del sexo que se exhiben para los clientes que las rondan, personas sin hogar, gente que está perdida. Bajan por la calle Wardour, se asoman por Dean, se meten en L'Escargot, se escabullen por callejones desiertos, esquivando borrachos y contenedores de basura, y salen a las bulliciosas avenidas desbordantes de energía, llenas de vida y desenfreno.
En una esquina descansa un edificio, igual que los edificios contiguos. Sin embargo, este alberga una heterogénea muchedumbre de ricos y pobres, desde el sótano hasta la terraza de la azotea. En las últimas plantas, Precious y Tabitha han establecido su hogar, pero ahora corre peligro: la propietaria, una multimillonaria llamada Agatha, quiere expulsar a las mujeres que viven y trabajan allí para construir restaurantes caros y apartamentos de lujo. Los hombres como Robert, que visitan el burdel, tendrán que ir a otro sitio. Y las personas que, como Cheryl, duermen en el sótano, deberán encontrar otro lugar donde esconderse al caer la noche. Pero esas mujeres no piensan rendirse. Soho es su territorio y están dispuestas a luchar.
