Sexo, drogas, música y la movida madrileña en la nueva novela de Alice Kellen 

Tú y yo, invencibles es el título de una historia de luces y sombras, de atracciones, pasiones y amor desenfrenado

La movida madrileña se convierte en el escenario por el que camina Tú y yo, invencibles (Planeta), la nueva novela de Alice Kellen. Una época que ha crecido en el tiempo atada al sexo y las drogas, muy presentes a lo largo de una historia donde la música, las canciones de la época, tienen un papel muy importante junto a aquellos lugares habituales de la movida. 

La forma de vida de finales de los setenta y principios de los ochenta, las diferencias entre clases sociales y muchos recuerdos del ayer están presentes a lo largo de una trama que cuenta con unos personajes totalmente definidos. La historia de amor y desamor de Juliette y Lucas marca unas páginas que nos harán reflexionar y que ofrece numerosas emociones. Una historia de atracción, pasión, deseo, traición y un amor sin medida, sin freno. 

Los ochenta fueron inolvidables. O eso suele decirse. Efervescentes, divertidos, una explosión sexual, artística, política y social. Pero ¿no será cierto que la añoranza nos nubla la razón y endulzamos los recuerdos? 

Tú y yo, invencibles

Lejos de la habitual novela romántica

En esta ocasión, aunque el amor está presente a lo largo de toda la novela, no nos encontramos con una novela romántica  con los clichés habituales y el estilo particular de Alice Kellen. La autora (en la imagen) da un giro a su registro para firmar una historia más profunda y madura, que cuenta con una buena documentación sobre la época y que narra ese amor a primera vista que se convierte en tóxico.  

Una montaña rusa de sensaciones de la que no vas a poder escapar si de inicio conectas y empatizas con los personajes, con los que también es muy fácil enemistarse, ya que por momentos nos gustaría separarnos bastante de ellos . Los dos protagonistas van dando vida, en primera persona y en capítulos alternos, a unos acontecimientos que no nos dejarán indiferentes. Del amor al odio siempre hay un paso. 

Por: María Vila
Fecha: 24-02-2021