Para nada es un sacrificio leer esta novela

Francisco López Serrano es el autor de una compleja trama con asesinatos por resolver, conspiraciones, corrupción política y terrorismo internacional 

Conspiraciones, espionaje, corrupción política y hasta terrorismo internacional. Todo ello en una novela muy negra y de recomendable lectura. La trama está bien estructurada, el protagonista principal notablemente construido y los ingredientes no son simple relleno con el que adornar una historia. 

'Sacrificio, diario de un matarife' ha sido galardonada con el XXII Premio de Novela Ciudad de Badajoz

Novela de Francisco López Serrano

Francisco López Serrano (en la imagen) es el autor de Sacrificio, diario de un matarife (Algaida), una novela galardonada recientemente con el premio Ciudad de Badajoz. El jurado de dicho galardón destacó la complejidad de la trama de esta novela policial que aporta dosis de originalidad que hacen que no sea una más del género.


En la cárcel me hice lector y maricón. Lo primero por gusto y por inclinación de mi naturaleza. Lo segundo a la fuerza y en menoscabo de ella

Sacrificio, diario de un matarife

¿Es posible degollar a tu amante y no recordar el crimen? En esas se encuentra el protagonista de la novela tras cumplir 20 años de condena. A su salida de prisión intenta encontrar algún vacío en su memoria que le permita recordar aquel asesinato por el que fue condenado. Pero un nuevo crimen sacude su vida. Aunque en esta ocasión tiene una coartada que le salvará de tener que volver a prisión. 

La similitud de esta muerte con el crimen por el que fue condenado llevan al protagonista a investigar por su cuenta para demostrar su inocencia. Todo lo que irá descubriendo nos hará reflexionar sobre temas de mucha profundidad.  

Así comienza...

Con la edad no perdemos memoria sino ilusión. Las cosas se desprenden de las connotaciones emotivas que las hacen fijarse al recuerdo. Por eso he olvidado lo que sin apetito comí hace unas horas, la película que sin interés vi anteayer, el libro que me obligué a concluir hace una semana, el rostro de la mujer con la que anoche, de forma rutinaria, intercambié dinero por sexo. He olvidado todas esas cosas inmediatas y sin embargo recuerdo otras lejanas en el tiempo, momentos que quedaron grabados a fuego en mi memoria porque poseían esos aditivos preservadores del recuerdo que son la emoción, el deseo o el goce...". 

Por: Manuel Muñoz
Fecha: 06-06-2019