Sorprende, y mucho, que Volver a casa (Salamandra) sea el primer libro de Yaa Gyasi. Las dotes narrativas empleadas a lo largo de la novela, la frescura que aporta al relato y las emociones que transmite no invitan, precisamente, a pensar que nos encontramos ante un debut literario de una autora a la que, desde ya, no vamos a perderle la pista. 

Su notable estreno, su juventud (nació en 1989) y los reconocimientos que ya está recibiendo (hace dos meses fue distinguida con el Premio PEN al mejor debut de ficción), ponen de manifiesto que esta escritora estadounidense de origen ghanés tenga por delante una prometedora carrera literaria. 

Tres siglos de historia afroamericana

La autora dibuja el árbol familiar de dos mujeres que, pese a ser hermanas, caminan por la vida por caminos muy diferentes. Ni siquiera llegan a conocerse, pero están unidas por esos lazos del pasado que van abrazándose en el recorrido que Gyasi por casi tres siglos de historia afroamericana. 

En un viaje narrativo permanente entre Estados Unidos y Ghana, Yaa Gyasi mira al espejo interior de los personajes para reflejar los sentimientos culturales de varias generaciones de dos ramas de una misma familia. La esclavitud y la lucha por la libertad son temas que forman parte de la historia junto a otros como la colonización de África o la integración social en los Estados Unidos. 

Con un ritmo intenso, el lector cae rendido a unos acontecimientos en los que no falta el drama, el amor y algunas estampas que reflejan la crueldad con la que es capaz de actuar el ser humano. Volver a casa son tres siglos de historia condensados de manera magistral en un libro de los que deja huella. Es mucho más que un libro sobre la esclavitud. Es una novela reflexiva, crítica, atrevida y apasionante. En cada capítulo, un descendiente hereda el peso de la historia en una mochila existencial.