Lágrimas en la lluvia
El escritor madrileño Juanlu Ruiz es el autor de 73 perturbadoras historias llenas de emociones y una prosa muy cuidada
Lágrimas en la lluvia es uno de esos libros que te acarician el alma por su sensibilidad, por su mirada interior, por unas letras directas y llenas de sentido, de emociones. Juanlu Ruiz (Madrid, 1972) es el autor de esta historia de historias que no puedes perderte. Relatos y textos breves de lo cotidiano, de la esencia de la verdadera esencia de la vida.
Lágrimas en la lluvia contiene 73 perturbadoras historias: “De quita y pon. Tengo muchas personalidades de repuesto, tantas que a veces no sé ni cuál ponerme. Algunas hacen tanto ruido dentro del armario que las tengo que enviar un tiempo al trastero para que recapaciten. La primera del día la elijo según el humor con el que me levanto. Luego cojo un par más o incluso tres y las guardo en la mochila por si tengo que recurrir a ellas a lo largo de la jornada. Cuando llega la noche, me gusta dormir desnudo, despojado de toda personalidad y es ahí cuando soy yo mismo."
Tengo su corazón en el congelador de mi casa guardado desde hace años
Lágrimas en la lluviaFotocopias, Al escondite, La nada, La dimisión, El cómico, El tragón, Oficinas de asuntos humanos o Un lugar en el mundo son algunos de los títulos de los relatos que contiene Lágrimas en la lluvia. "Buscaba su lugar en la v ida sin cesar. Por ello, no era extraño encontrarlo en el hueco de un ascensor o incubando un huevo en un pajar, entre las líneas de un pentagrama, entrando ordenadamente en un hormiguero mientras portaba la cáscara de una pipa o dentro de una colmena junto con un sinfín de abejas aleteando un zumbido coral, dirigiendo el tráfico en el centro de la ciudad, calle arriba calle abajo, con un cartel que le cubre pecho y espalda...".
Cada noche inventaba un cuento para él, con el mismo inicio y el mismo final: Hace mucho tiempo, en un lugar lejano...
Lágrimas en la lluviaLágrimas en la lluvia
"La lluvia no me toca, los rayos del sol me rebotan, tanto que en pleno verano siento un frío paralizante y en invierno un calor abrasador. Los animales huyen de mí como si fuera un fuego quemando su hábitat. Llevo años sin enfermedad, también me rehuye. Luego mi piel, al poco los músculos, las vísceras... Noto que se empieza a agravar, porque hasta yo mismo me noto que me rehuyo y me noto distante conmigo mismo. Ya no queda nada de mí, incluso noto que la nada rehuye la nada que queda de mí".