La furia de Buenos Aires en una novela
Nazis y judíos conviven en la capital argentina en una historia ambientada en el período de la posguerra de la Segunda Guerra Mundial
Hace dos años viajamos hasta la Verona de la Segunda Guerra Mundial para conocer La Plaza de los Señores y la historia de amor entre Carlo y Anna, un romance que le ganó la batalla a la sangre y el odio del nazismo y el fascismo. Verona también logró sobrevivir a la crueldad del ser humano, pero fueron muchos los caídos.
Otros, como Cesare Leone, amigo de Carlo, logró abandonar una Europa en estado de descomposición. Junto a su padre tomó rumbo a la Argentina, país que dio cobijo tanto a judíos como a nazis. Y a su capital viajamos en esta ocasión para perdernos en las páginas de Buenos Aires. La ciudad de la furia, una novela editada -como La Plaza de los Señores- por Chiado Editorial y escrita también por Óscar Esteban.
Las cartas habían quedado sepultadas bajo unos rosales que se habían enmarañado por el portón principal hasta la parte interior del buzón. Las recogió y las barajó desinteresadamente hasta que encontró una con remitente de Buenos Aires
'Buenos Aires. La ciudad de la furia'Con la Segunda Guerra Mundial ya finalizada, Buenos Aires acoge los miedos y la incertidumbre de sus habitantes. Con la lucha obrera por bandera, la figura de Juan Domingo Perón va tomando un tremendo poder. La capital argentina se convierte en un protagonista más de una novela muy bien ambientada.
El autor maneja bien los tiempos en la narración y enlaza a la perfección esas dos líneas por las que camina a la historia. Por un lado, la llegada de nazis -con todos los parabienes y facilidades del mundo- al continente americano y, por otro, las dificultades con las que se encontró una familia judía para desembarcar en la ciudad de la furia.
La ficción, como ocurría con La plaza de los Señores, también tiene entre sus páginas personajes y detalles que se dieron en la realidad. Y se puede leer, sin ningún tipo de problemas, de forma independiente. Aunque eso sí, recomendables son las dos.