Jenisjoplin, un retrato generacional de la identidad personal y el conflicto vasco
Uxue Alberdi es la autora de una novela que ha sido traducida al castellano por Irati Majuelo
Un retrato social, económico y político del País Vasco desde los años ochenta hasta el año 2010 de la mano de Nagore Vargas, la protagonista de Jenisjoplin (Consonni), una novela que fue publicada en euskera —y que fue galardonada con el Premio 111 Akademia 2017— hace tres años y que ahora llega al castellano traducida por Irati Majuelo.
Uxue Alberdi (Elgoibar, 1984) es la autora de una historia potente marcada por la vitalidad de su personaje protagónico, por la fuerza y el carácter de una joven rebelde nacida en 1982 en un barrio obrero de un pueblo industrial vasco.
La niñez en los ochenta, la adolescencia en los noventa y el paso a la edad adulta en el nuevo milenio conforman este retrato sobre la identidad personal y social.
Nagore es un personaje poliédrico en el que se ve cómo nos influye todo lo que heredamos en lo familiar. Su padre tiene mucha importancia en el desarrollo de su identidad, pero también el influjo del patriarcado y de la patria. Su padre, un tabernero sindicalista, es de alguna forma la persona que se encarga de lanzar al mundo a Nagore, que desde muy joven ha trabajado de camarera en los bares bebiendo la cultura, la música y las conversaciones sobre la realidad social de unos años difíciles en el País Vasco.
Lucha, radio, rock y sexo
Escrita en primera persona, narrada por Nagore, su madre tiene un papel casi invisible mientras que su tía Karmen Vargas, que murió muy joven de sida, está muy presente en su construcción vital particular. El padre de Nagore quiere, de alguna forma, que su hija se asemeja a esa hermana que perdió tan pronto. Potente, como la novela, es el carácter y la fuerza de una protagonista a la que le va el cuerpo a cuerpo, que casi necesita sentir el dolor, acariciar la violencia para probar su cuerpo.
Jenisjoplin es una canción de amor a la vida; una canción con mucho rock & roll
Txani Rodríguez, escritoraNagore comienza a trabajar en una radio independiente que cobra protagonismo cuando es vinculada con ETA. Un hecho que marca el devenir de la trama llega cuando le diagnostican VIH. Ella, que tanto se ha sentido viva en la lucha, tiene que empezar a reconstruirse a los 28 años. Es ahí donde aparecen los contrastes y llega la debilidad del cuerpo. La reinvención tanto en lo personal como en lo colectivo de una novela con rock y dolor, con placer y sexo, con lucha y conflicto vasco. Un retrato generacional que no nos podemos perder.