Fin de semana, una novela de Pilar Tena sobre la amistad, la lealtad y la infidelidad
Una historia que nos llevará de Londres a Barcelona en dos planos temporales diferentes
¿Cuánta lealtad hay en la amistad? ¿Se puede perdonar el engaño entre amigos? ¿Y la infidelidad? Temas universales en la novela como el amor, la amistad, los sentimientos y el deseo forman parte de los ingredientes de Fin de semana (Tres Hermanas), una novela que nos llevará de Londres a Barcelona, del campo inglés al Ampurdán.
Directora del Instituto Cervantes de los Países Bajos
Pilar Tena (en la imagen) es la autora de esta novela, la tercera en su cuenta particular. Una historia que transita entre dos planos temporales y que juega con el tiempo para ir saltando de principios de los años ochenta a los primeros años del nuevo milenio. Todo pasa (y todo queda) entre varios fines de semana separados por tres décadas.
Dos parejas (una española y otra inglesa) son las protagonistas de una historia bien construida y con una trama interesante. Una lectura entretenida y bien escrita que nos habla de la amistad, de la lealtad, los años de juventud, la mentira, los secretos guardados, las fantasías compartidas... Amistades que tras muchos años separados se vuelven a reencontrar en un piso modernista del Eixample. Y en ese reencuentro ajustarán cuentas con el paso del tiempo.
La autora, que actualmente es directora del Instituto Cervantes de los Países Bajos, emplea una cuidada narrativa para firmar una historia sugerente que atrapará al lector que se acerque a sus páginas.
Así comienza Fin de semana
Mira fijamente a su derecha y ve aparecer en la distancia el perfil del Montseny. Los ojos se le van llenando de lágrimas y, mientras deja pasar el tiempo en silencio, sin hablar, la vista se le nubla un poco. Su marido también calla. Él mira hacia la carretera, poniendo aún más cuidado del habitual en su meticulosa conducción.
—Mejor cortamos ya, Luisa, de verdad. Parece mentira depsués de todos estos años, que aún te duela tanto. Déjalo, vamos a hablar de otra cosa.
Sin embargo, ninguno de los dos puede dejarlo. Saben que, por alguna razón, inevitablemente, lo que ocurrió vuelve a surgir en sus conversaciones cada cierto tiempo, aunque es verdad que ahora con menor frecuencia.