Historia y amor se acercan al Paraíso
Me imagino a Yago tocando el laúd mientras Nerea Riesco rescata letras de su alma para pintarnos esos paisajes que se pueden sentir en Las puertas del Paraíso (Grijalbo).
Con una escritura elegante, la autora nos abre las puertas de esta novela de amor que transcurre entre 1482 y 1492. Diez años de cambios en España, en la historia de un mundo que desde la Edad Media navegaba rumbo a la Edad Moderna.
Yago es uno de los personajes principales. Músico ciego que toca el laúd en la corte de los Reyes Católicos. Y protagoniza a la vez una historia de amor prohibido, de amor entre distintas culturas. Nur, su enamorada, musulmana. Él, cristiano.
Pero la religión casi es un obstáculo menor comparado con el hecho de que Nur es hermana de Boabdil, circunstancia que hace que el amor entre la pareja sea casi una utopía.
Entre el romance y las intrigas palaciegas van apareciendo personajes malvados como Orestes. La sed de venganza, la expulsión de los judíos y el viaje de Colón en busca de un nuevo mundo van alimentando una novela muy documentada en las partes fieles a la historia.
Los Reyes Católicos juegan también papeles importantes en una novela que recorre rincones maravillosas como la Sevilla de aquel siglo XV. Destacan los contrastes, la iluminación, la ambientación, los luces, el brillo, la magia...
Narrada en tercera persona por Yago, leyenda e historia caminan de la mano entre las numerosas anécdotas y detalles que convierten Las puertas del Paraíso en una novela muy sensorial.