Fábulas: Esopo y la importancia de las fábulas para motivar a los niños a leer
Aprendizaje mágico para captar la atención de los más pequeños
¿Quién no recuerda de su etapa infantil las fábulas? Sí, esas historias que los adultos te leían o narraban con protagonistas como animales. Esos textos que al final siempre tenían una enseñanza detrás.
Las fábulas para niños son, muy probablemente, el primer acercamiento de los más pequeños con el mundo de la lectura. Como oyentes, los niños aprenden que hay un mundo mágico, capaz de captar su atención, además de enseñarles, tras las letras.
Esto es así porque las fábulas tienen una clara voluntad didáctica. ¿Recuerdas, por ejemplo, la fábula de La cigarra y la hormiga o aquella de La liebre y la tortuga?
Las fábulas de Esopo
Las fábulas son composiciones narrativas breves, que tienen a animales o a objetos como protagonistas generalmente, y se remontan muchos siglos atrás. Quienes saben de esto destacan la figura de Esopo. Este escritor vivió en la antigua Grecia. Como sabes, la cultura clásica nos ha dejado muchas cosas en herencia, entre ellas las fábulas.
Ilustrar sobre el comportamiento humano a través de las figuras de animales es una vía perfecta para conectar con el público. Sí, porque no es lo mismo hablar del esfuerzo y de la avaricia, por poner algunos casos, de una manera magistral y directa que hacerlo a través del género literario que representa la fábula.
El escritor griego Esopo como referencia
Enfrentar en una historia los intereses de animales tan dispares como la liebre y la tortuga es una manera tan accesible y fácil de transmitir conocimiento que el uso de las fábulas se mantiene desde la Grecia clásica.
Este recurso narrativo y de enseñanza de valores ha sido usado en épocas doradas del conocimiento, como es el caso del Renacimiento. Y hoy en día, las bibliotecas están llenas de muchas fábulas.
El recurrir a elementos fácilmente identificables y perdurables en el tiempo, siglo tras siglo, es quizás el gran secreto del gran papel que tienen las fábulas como género literario.
Hablamos de niños, el público para el que parece están hechas a medida las fábulas. Pero piensa también en épocas pasadas, donde los índices de alfabetización eran muy bajos. Para enseñar a personas iletradas no había mejor fórmula que hacerlo a través de la narración de historias con personajes reconocibles de una manera sencilla por el público objetivo.
Así pues, si bien el escritor griego Esopo es la gran referencia a la hora de hablar de fábulas, la apuesta por este género literario se mantiene vigente en la actualidad.
La importancia de la fábula para que los niños lean
Si tienes hijos, sobrinos, nietos o conoces a la descendencia de alguna de tus amistades, a buen seguro que lo has vivido.
Los más pequeños suelen interiorizar las fábulas de una manera sorprendente, hasta el punto de que les gusta convertirse luego en narradores para contarlas.
Descubrir esto les hace sentirse atraídos por la narración de historias, por la literatura, al fin y al cabo.
De esta manera, estamos sembrando en el público más joven la semilla para que sientan atracción por leer, por la lectura. Sin duda alguna, la importancia de la fábula para que los niños lean, para que sean futuros lectores, es sustancial.