El mundo a través de sus cárceles
Fernando Gómez viaja por algunas de las prisiones más conocidas del mundo en un libro original
Un viaje diferente, una propuesta de lo más original, un recorrido por El mundo a través de sus cárceles (Luciérnaga). Tras dar La vuelta al mundo en 80 cementerios, Fernando Gómez nos acerca en esta ocasión a algunas de las prisiones más (y menos) conocidas del planeta. Desde la Torre de Londres y Prisión de Holloway a la Prisión de Alcatraz o La Catedral colombiana.
El silencio es la peor de las torturas. El silencio es el más desgarrador de los sonidos. el ser humano necesita comunicarse para sentirse vivo
El mundo a través de sus cárcelesCon un retrato cercano, ambientando cuidadosamente cada escenario visitado y acercándonos a las anécdotas y personajes que rodean a cada cárcel, el autor nos propone esta otra forma de viajar. Y a través de las cárceles conoceremos curiosidades de los países donde se encuentran y también descubriremos detalles de algunos personajes que estuvieron prisioneros.
Tras mi terrible sentencia, cuando me vestí de presidiario y la puerta de la cárcel se cerró, me quedé así, entre las ruinas de mi vida maravillosa, aplastado por la angustia, desatinado por el terror, aturdido por el sufrimiento
Oscar WildeUn libro que se puede leer prácticamente como una novela. De lectura amena, bien documentado, nos encontramos ante un libro que también nos hará reflexionar. Una forma diferente de conocer la historia y la cultura a través de las cárceles. Un recorrido fuera de lo común, pero muy recomendable e interesante.
La prisión del fin del mundo (Ushuaia, Argentina)
"Una cárcel en la que no era necesario que existieran puertas, ventanas ni rejas. No poseía ningún muro que separara a los presos de las personas libres. No había marcada ninguna línea que indicara el punto exacto donde terminaba el presidio y donde nacía el pueblo. La dificultad de la fuga no se encontraba en la estrecha vigilancia que pudiera realizarse sobre los prisioneros, sino más bien en los más fiables carceleros que pueden existir; sus nombres: frío y aislamiento".
La prisión de Jesús (Jerusalén, Israel)
"En esa oscura mazmorra, Jesucristo debió de hacerse muchas preguntas esa noche del año 33. Cientos de dudas debieron de asaltarle en esa vigilia en que tuvo por compañera la soledad. ¿Se sintió en esos momentos tan abandonado como cuando horas más tarde, clavado en la cruz, lanzó ese grito desesperado de «Dios míos, Dios mío, por qué me has abandonado»?".
Memorial Berlín-Hohenschönhausen (Berlín, Alemanía)
"Las celdas de castigo eran unos diminutos cuartos sin ninguna ventana por la que pudiera penetrar la luz y desprovistos de camas, en las cuales la única compañía era la de un cubo que intuí que debía de ser donde depositaban los excrementos".