David DeMaría: "La poesía son momentos, como polaroid emocionales"

- Se estrena como escritor.  ¿Era una meta o ha llegado de casualidad?

Un desafío. Todos nos enfrentamos a nuestros propios desafíos, en mi caso tener un hijo, trabajar, hacer canciones, grabarlas, darlas a conocer, salir de gira, escribir poesía, ayudar siempre que pueda en buenas causas, mantener equilibrio, calma y seguir aprendiendo a vivir...

- ¿Qué tienen de especial los 20 años? No me diga que echa de menos la juventud…

No la echo de menos porque me siento joven, más que nunca. He vuelto a recuperar muchas cosas de la niñez gracias a mi hijo. Ahora vuelvo a cantar el Cocoguagua, Parchís, La gallina turuleca... Aunque me he dado demasiada caña, he llegado aún con fuerzas a la insolente crisis de los cuarenta... como el flaco DeMaría.

- ‘Navegantes de un barco de papel’… ¿Estaría tan loco como para emprender un viaje en un barco así?

La propia vida es así de frágil. Nadie es culpable de nacer según donde. La niñez no conoce más ambición que la de alimentarse y aprender a ser feliz... Un barco de papel representa muchas cosas que olvidamos en sociedades ‘desarrolladas”’ y manipuladas hacia el materialismo. La propia naturaleza personal nos enseña a navegar. Si no la jodemos más, tendremos un camino por delante, pero la concienciación es una carrera larga...

- La Bahía de Cádiz no es mal sitio para navegar… y leer un libro.

La Bahía de Cádiz es un tesoro para los sentidos... para la historia, para mostrarla y saber educar a los pobladores de sus entornos, a través de su cultura y sus riquezas. Me alegra que la sal, por ejemplo, vuelva a emprender viajes comerciales. Debemos regenerarnos como comunidad hacia la productividad que dan los frutos de la tierra.

- ¿Por qué un libro y no otro disco?

El libro lo comencé mucho antes, pero al final decidimos celebrar 20 años como David DeMaría y estuve a caballo entre el libro y el disco, una locura de año entre biberones y pañales… (risas).

- ¿Qué tiene de especial esta obra?

Su refugio. Utilicé la cuna de escritura y protección, los biberones y los primeros llantos como inspiración, y me imaginé una conversación entre los dos, entre mi hijo y yo. A veces en lenguajes que no existen. Todo lo demás es lo que cada uno quiere que sea. La poesía son momentos, como polaroid emocionales. Todo pasa, todo llega, todo cambia...

- ¿Será el primero de muchos o ya está cubierto el expediente?

Nunca se sabe. Por ahora mi carrera musical está muy viva y me apetece seguir en la carretera... hasta que las fuerzas aguanten.

- En la música se esconden grandes poetas…

La palabra poeta me parece palabras mayores. Al igual que a un poeta le parecerá un músico, la expresión y el arte son libres, aprendices eternos o eternos aprendices. Prefiero a las personas que viven con alma de poeta, que a las de rebeldes sin causas convincentes y soluciones sabias.

- Si le pidiera que se identificara con un escritor…

Vargas Llosa.

- ¿Qué lee David DeMaría?

A veces menos de lo que debería, a veces más de lo que me gustaría saber... La ignorancia encuentra su espacio de confort muy fácilmente y de eso se aprovecha la ambición desmedida. Aconsejo la lectura a toda costa. Seguir teniendo inquietudes por aprender.

- ¿Libro electrónico o libro de papel?

Ambas, la tecnología arde por las azoteas mientras que el entendimiento salta por las ventanas.

- Un libro, un hijo… ¿Para cuándo el árbol?

¡Ya lo hice y lo seguiré haciendo junto a Leo!