Ana la de Tejas Verdes, un tesoro que recupera su juventud
Maravillosas ilustraciones de Antonio Lorente para dar vida al clásico de la literatura infantil escrito por Lucy Maud Montgomery
Parece mentira que Ana la de Tejas Verdes fuese publicado por primera vez hace más de cien años (en 1908, para ser exactos, vio la luz por primera vez). Es increíble que haya pasado tanto tiempo y que, a su vez, la edición lanzada recientemente por Edelvives tenga tanta frescura, tanta vida y realismo gracias a las espectaculares ilustraciones de Antonio Lorente.
Unas imágenes que te miran a la cara, que complementan a la perfección la historia, que transmiten tanto. Y si a las ilustraciones sumamos el maravilloso relato de Lucy Maud Montgomery, la cuidadísima edición y el epílogo de Margaret Atwood, el resultado es una auténtica joya con forma de libro.
Niños y niñas se identifican con Ana porque es lo que a menudo sienten que son ellos: se reconocen carentes de poder, ridiculizados e incomprendidos
Margaret AtwoodUno de los clásicos de la literatura infantil, una novela protagonizada por una joven con un enorme corazón que nos acerca a las emociones de los niños, nos abraza con su bondad y nos muestra también el valor de la familia, la amistad y el amor.
Una historia que también le pone rostro a la soledad, al sufrimiento, a la necesidad de ser aceptados. Un libro que ha dejado huella a miles de lectores durante varias generaciones y que ahora se nos presenta —no nos cansaremos de repetirlo— con la belleza y viveza de unas ilustraciones que se salen del papel.
Ana la de Tejas Verdes ha sido traducida a a casi 40 lenguas y ha sido adaptado al teatro, la televisión y el cine. A pesar del paso de los años, los lectores siguen disfrutando y empatizando con Ana Shirley, esa niña pelirroja que es toda sensibilidad y cariño.
Recomendada para lectores a partir de 8 años, nos encontramos ante un libro que dejará una profunda huella tanto en jóvenes como mayores. Un clásico de la literatura canadiense que no pasa de moda y que recupera su juventud gracias a esta cuidada edición.
Las últimas páginas están dedicadas a recordar la vida de L. M. Montgomery quien, además de esta obra, dio vida a otra veintena de novelas y más de quinientos relatos, así como otros tantos poemas, tal y como apunta su nieta Kate Macdonald Butler en la presentación de un libro que te dejará miles emociones.