Una invitación a buscar las luces entre las sombras
Aunque Clara Tahoces es sinónimo de investigación y misterio por su trayectoria profesional, su novela La niña que no podía recordar (Ediciones Luciérnaga) es mucho más que un enigmático thriller. La autora nos llevará por lo desconocido, pero a la intriga de la narración también tenemos que buscar una búsqueda de emociones y sentimientos, de sensaciones que no se quedan únicamente en lo misterioso.
La historia transcurre en Madrid, pero en dos períodos diferentes. Por un lado, el Madrid de principios de los años 70, de 1971 para ser más exactos. Y, por otro, la capital de 2006. Entre esas dos líneas temporales va desarrollándose esta novela negra. Sin conexión inicial aparente, las dos tramas se acaban encontrando en un punto camino del desenlace.
“A esas alturas de la madrugada, aún no sabía qué hacer con la pulsera: ¿confesar la verdad y exponerse a una grave sanción que, con toda seguridad, le costaría el puesto? ¿Entregarla de manera anónima con una carta contando cómo había sido hallada y su historia? ¿Conservarla y guardar silencio? Lo único que tenía claro era que no haría negocio con ella. Aquel objetivo estaba manchado de sangre y, por muy nublada que tuviera la mente, traficar con él no estaba en sus planes. Nunca lo había estado”.
La pulsera en cuestión es uno de los elementos claves de una historia que, entre saltos en el tiempo, nos sitúa inicialmente a una niña de seis años que pierde a su madre y que ve algo terrorífico que no logra recordar por el efecto traumático que le provoca. Treinta y cinco años después, una serie de trágicos acontecimientos empiezan a desarrollarse coincidiendo con la aparición de la referida pulsera.
La niña que no podía recordar es una invitación a buscar las luces entre las sombras, una novela que nos planteará numerosas cuestiones y que juega con el misterio desde una realidad tan cercana e inquietante a la vez. Con unos personajes bien definidos, marcados por la expresividad de sus diálogos, y con ese mensaje de fondo que nos anima a mirar más allá de lo que vemos en apariencia.