Un amor cualquiera o cómo desmontar el mito de la familia perfecta
Jane Smiley es la autora de una novela que profundiza en la ruptura de una familia tras la confesión de una infidelidad
Un día parece que eres feliz y al otro te das cuenta de que no tienes nada de aquello que formaba parte de tus momentos de alegría. La vida cambia de un momento para otro y eso es lo que le ocurrió a Rachel, protagonista de Un amor cualquiera.
Hace veinte años vivía junto a su marido y sus cinco hijos. Eran, a la vista de casi todo el mundo, lo que se podía considerar como una familia feliz. Sin embargo, todo cambió cuando Rachel confiesa a su marido una infidelidad. Una confesión que, de un plumazo, acabó con el mundo que tenía. Su marido se marchó con sus cinco hijos al extranjero y ella se quedó sola. Una separación traumática que marcó a toda la familia.
Aquel drama familiar forma parte de esta novela corta escrita a finales de los 80 por Jane Smiley (en la imagen) y editada al castellano por Sexto Piso con traducción de Francisco González López. Con un estilo directo, con unos diálogos naturales, la autora acaba con el mito de la familia perfecta y retrata las consecuencias del divorcio, de la separación familiar y el egoísmo de los padres.
Hay cosas que podemos hacer sin problema en nuestra familia —comer tranquilamente, prestar dinero, contar secretos—, pero cuando nos juntamos, los ecos del pasado nos desbordan
Un amor cualquieraY veinte años después de aquella ruptura, los hijos se reúnen en la casa materna en un fin de semana en el que volverán a aparecer espinas del pasado. El tiempo pasa, los hijos crecen, la vida cambia y los sentimientos fluyen. Con calma van desplegándose numerosas emociones hasta que llega el momento clave en el que Rachel cuenta todo lo que hubo detrás del divorcio de su marido. Una novela breve ideal para estos tiempos veraniegos.