La evolución de la amistad, la vida, en una novela nostálgica y sensible. Así es El baile de las luciérnagas (Suma de Letras), un relato entrañable obra de Kristin Hannah, autora de El Ruiseñor, obra con más de dos millones de ejemplares vendidos. Dos amigas que se conocen en su adolescencia y que, a partir de ahí, no encontrarán, pese a los avatares de la vida, nada que rompa ese lazo de unión. 

Juntas atravesarán por mil situaciones diferentes, por momentos de tensión, por enfados y relaciones incómodas, pero la amistad acabará triunfando en este bello, y a la vez triste, canto a la amistad con mayúsculas. 

La autora logra crear una atmósfera especial, sumerge al lector en el ambiente de épocas pasadas, lo lleva hasta las décadas de los 70, 80 y 90 para contarle una historia de las que cada vez se dan menos en estos tiempos en los que la amistad cotiza a la baja. 

Estructurados sus capítulos por décadas y canciones (la música es un personaje más a lo largo de todo el libro), Tully y Kate son las dos protagonistas. Dos personajes muy bien construidos y diferenciados entre sí, por personalidad, pero tan cercanos en sentimientos. El fondo del relato es sencillo, hay muchas historias que abordan el tema amistad, pero Kristin Hannah logra emocionar con un texto que cuida mucho la ambientación y está bien decorado con referencias históricas. 

"Kate notó la brisa en la cabeza desnuda, rozándole las orejas, llenándole los ojos de lágrimas. Olía las coníferas y la tierra espesa y negra. Echó la cabeza atrás y rio. Por un momento, un instante tan solo, volvía a ser niña y estaba en Firefly Lane con su mejor amiga, convencida de que podía volar”. 

Y volaremos, con El baile de las luciérnagas volaremos en busca de esos recuerdos de nuestra niñez, de esas amistades del pasado, que de alguna forma también volverán a nosotros mientras leemos un libro que nos dejará sonrisas y muchas lágrimas.