Para que no te roben la vida en internet
No puedo ocultar mi fascinación por cualquier persona que se juega el pellejo por contar algo que desconocemos. En estos tiempos en los que la información cotiza a la baja por moverse en la mayoría de los casos sobre el peligroso alambre de los intereses, el periodismo de investigación tiene un valor enorme. El libro que reseñamos a continuación es muy necesario en los tiempos que corren.Todos, y vuelvo a repetir, todos, estamos a expuestos a numerosos peligros en internet, en unas redes en las que se negocia, se acosa, se abusa, se mata... Nadie, como se apunta en la cubierta del libro, está a salvo de los ataques de los ciberdelincuentes.
Y a esos hackers, espías e intrusos que pueden aparecer por tu ordenador los retrata Antonio Salas en un nuevo y excepcional trabajo de documentación e investigación. Salas, seudónimo de un periodista que tiene que mantener oculta su identidad en todos los sentidos al estar amenazado de muerte, ya le ha puesto voz al mundo ultra y nazi, al terrorismo árabe, a la prostitución y al narcotráfico. Ahora, en un libro que ha editado Espasa, trae a Los hombres que susurran a las máquinas.
Toda nuestra vida está en internet. Y está expuesta a infinidad de peligros. Y de ellos nos habla, siempre actuando sobre el terreno, infiltrado, un periodista que nos muestra a todo lo que nos estamos exponiendo. Y en la mayoría de los casos de forma inconsciente y arrastrando a nuestros hijos al no tener el control y la protección necesaria para sus comportamientos y acutaciones en redes sociales.
La información que ofrece en las páginas del libro es muy útil para que podamos estar alertas y configurar nuestro propio espacio de seguridad, una defensa vital en la red. Entre los temas que trata, Salas relata cómo el terrorismo yihadista está aprovechando las nuevas tecnologías para captar adeptos a la causa. Pero no sólo los terroristas han encontrado un importante lugar en internet, también proxenetas, traficantes, puteros o nazis se sirven de las armas tecnológicas para alimentar sus fechorías.
El autor desvela las amenazas que reciben personajes de relevancia y nos habla de esa vida digital que permanece a pesar de que la persona muera. Nos introduce en la terminología que emplean los informáticos, nos explica las vulnerabilidades de nuestros móviles y ordenadores , y le pone rostro a muchos de esos ciberdelincuentes, "ladrones de vida" como los define Antonio Salas, que se esconden tras una pantalla y un teclado. Pornografía infantil, blanqueo de dinero o propaganda yihadista son carne del día a día de las redes.