No soy político, soy ciudadano, que es más importante
Alberto Castrelo aborda la vida política desde otro punto de vista
Alberto Castrelo (Cádiz, 1985) es un ciudadano de a pie, pero con inquietudes. Este portuense, que reside por motivos de trabajo en Madrid, acaba de publicar un libro, el de su estreno: No soy político, soy ciudadano, que es más importante.
La obra no deja indiferente a quien la lee. Editada por Punto Rojo Libros y Editorial Círculo Rojo, recoge anotaciones y respuestas a muchas de las preguntas que Alberto ha ido haciéndose en los últimos tiempos sobre la política española y su papel en la tan manida crisis. "La política que tenemos en España es la que han construido en base a una telaraña de intereses", dice sin tapujos.
Escrito en un lenguaje casi coloquial -quien ha tenido la oportunidad de hablar con el autor verá reflejada su manera de hablar en sus hojas-, el libro cuestiona a los políticos españoles, al sistema bipartidista imperante, y lo hace a través de datos. Porque, pese a sus poco más de 100 páginas, se trata de un trabajo documentado, con continuas referencias a noticias, anexos que aclaran términos muy de moda pero rara vez explicados, además de ponencias y trabajos de terceros que arrojan luz sobre la situación actual del país.
Este recién llegado al mundo de la escritura -ahora está a punto de publicar su segundo trabajo, una obra de teatro- intenta reflexionar y contestar a una simple, pero trascendente, cuestión: ¿Es un ciudadano más importante que un político? Su respuesta es clara: "Claro que sí, claro que un ciudadano es más importante que un político. Los ciudadanos somos los que tenemos la capacidad de cambiarlos cada cuatro años, y somos los que deberíamos tener la capacidad para elegir, o por lo menos opinar, sobre muchas más cosas en este sistema. Somos los que llevamos a cuestas la base de la economía. Que nos tengan a su voluntad no significa que sean más importantes; los mafiosos tienen sumisa a mucha gente y son criminales".
Alto y claro. Así dice las cosas Alberto Castrelo, un joven que, sin ser economista ni político, busca terminar con la indiferencia. “Espero que disfruten de mi indignación”, dice. Pues que así sea.
Por Carlos Alberto Cabrera (@CarlosAlbertoCP), periodista.