Maldita lechuza, una entretenida novela juvenil
Un grupo de jóvenes que elabora una revista en el instituto protagoniza esta novela de José A. Ramírez Lozano
¿Puede una simple palabra cambiar una historia? ¿Es lo mismo se casa que se cae? Que se lo pregunten a los protagonistas de Maldita lechuza (Algaida), unos jóvenes que, además de convivir con el calor sevillano, tendrán que lidiar con erratas, brujería y hasta la Policía en una novela juvenil de lo más entretenida.
Luego resultó que no, que las lechuzas, según don Rubén, son aves misteriosas y divinas. Y que la diosa Palas Atenea las eligió como símbolo de la inteligencia porque solo ellas son capaces de ver en la oscuridad
Maldita lechuzaEl grupo de jóvenes estudiantes se enfrentará también a la realidad, que a veces juega curiosas pasadas. Los protagonistas están elaborando en el instituto una revista escolar (La Bomba) que lleva temas de actualidad. Pero las noticias no siempre son como las hemos contado. Una lectura ágil y entretenida para disfrutar de la lectura en estos meses vacacionales.
El autor: José Antonio Ramírez Lozano
Escritor nacido en la localidad pacense de Nogales. Licenciado en Filología y profesor jubilado de Secundaria. Ha escrito más de noventa libros y cuenta con numerosos galardones como el Juan Ramón Jiménez, el Blas de Otero, Ateneo de Valladolid, Azorín o Camilo José Cela. En 2010 recibió el Premio de la Crítica Andaluza por Las manzanas de Erasmo.
Así comienza...
Lo de aprobar el curso estaba aún por ver. Lo digo por el calor. Acostumbrado al frío de Castilla y con un cuerpo como el mío, que es mantecoso y blanco como el de mi madre, lo de los cuarenta grados resultaba una crueldad. Hay que tener en cuenta que cuando llegamos en septiembre a Sevilla, en Valladolid estaba ya el invierno y, en cambio, aquí hacía un calor pegajoso. Un calor pegajoso y dulce, de esos de uva fermentada, que engorda las moscas, las pone borrachas y acaban siguiéndote a todos sitios. Pesadas y torpes las moscas, igual que el día aquel que les dio por venirse conmigo al instituto.