Los clásicos siempre vuelven
'La Tribuna' y 'Crimen y castigo', dos libros que siguen sin envejecer a pesar del paso del tiempo
Entre los libros de ida y vuelta, entre aquellas historias que se van para no volver, entre las que nunca terminan de llegar, siempre hay un lugar de privilegio para los clásicos, los que siempre están aunque a veces descansen en la estantería del olvido. Pero cuando vuelven, lo hacen con paso firme para dejar claro lo que fueron. Literatura sobresaliente que nunca pierde la batalla del tiempo y que se acerca a los lectores juveniles.
La Tribuna
Y dentro de los clásicos, la editorial SM lleva un tiempo apostando por recuperarlos, por adaptarlos en diseño y presentación a los tiempos que corren. La Tribuna, de Emilia Pardo Bazán, es uno de esos títulos que defienden que los clásicos no son del pasado. Tras situarnos en el contexto histórico y cultural de la autora, y recorrer la vida de la escritora de La Coruña, nos encontraremos con unas pequeñas claves para interpretar mejor su obra.
Publicada por primera vez en 1883, La Tribuna narra la historia de una humilde mujer obrera que trabaja en una fábrica de tabaco. Con un fiel reflejo de la sociedad de la época, Pardo Bazán firma una reivindicación social y femenina que bien podría ajustarse a nuestro presente.
Crimen y castigo
"Un estudiante que no llega a fin de mes. Una deuda pendiente y un hacha a su alcance. Un asesinato que lo perturba día y noche. Un amor que lo cambia todo". Con esta presentación, nadie pensaría que el libro al que nos vamos a referir a continuación fue publicado por primera vez, por capítulos en una revista, entre 1865 y 1866. Pero aunque haya pasado más de siglo y medio, los clásicos se conservan en buena forma.
Y Crimen y castigo es una de esas obras que puede leerse fácilmente como una novela actual. Y más cuando cuenta con una edición renovada como la publicada por SM dentro de su Colección Clásicos. Federico Villalobos se ha encargado de la adaptación del texto de la ora que firmó en su día Fiódor Dostoievski.
