La gran suerte de los lectores
La Ciudad de la Memoria (Almuzara) es un viaje nostálgico con acentuado sabor a novela negra que te demuestra lo afortunado que somos los amantes de la lectura. En cada libro nos encontramos con un nuevo y desconocido camino. Una travesía que nos lleva por rincones que no esperábamos.
Cuando se me asignó en la redacción el análisis de esta novela de Santiago Álvarez no sabía con lo que me iba a encontrar realmente. Tenía esa mezcla de duda e incertidumbre que fueron desapareciendo a lo poco de iniciar la lectura de un relato atractivo por la forma de contar de su autor, por los ingeniosos diálogos y por su ritmo intenso. ¡Qué afortunados somos los lectores!
Las numerosas referencias musicales y cinematográficas a las que acude Álvarez durante su novela le dan una riqueza tremenda a una narración redonda. El detective Mejías es de esos personajes que son capaces de sobrellevar de forma magistral el peso de la novela. Y de varias más. Y la joven Berta, su ayudante, aporta ese matiz necesario para complementar al protagonista.
La Ciudad de la Memoria traspasa las fronteras de la actualidad para combinar, con aires de nostalgia, temas tan actuales como las influencias de poder y esas ambiciones e intereses que suelen circular por aguas turbias.
Valencia es la ciudad protagonista, escenario de una situaciones a veces rocambolescas en las que no faltan las dosis adecuadas de emoción, diversión y realismo. Todo está escrito, pero la suerte que tenemos los amantes de los libros es que cada nuevo libro nos ofrece nuevas oportunidades de activar nuestras aventuras y sensanciones.