La adicción del escritor de nacionalidad cervantina
"Los escritores se dividen en dos esferas o clases: la de quienes conciben su tarea como una carrera y la de quienes la viven como una adicción. Al segundo, con cumplir consigo mismo le basta". Esta fue una de las afirmaciones realizadas por Juan Goytisolo en su discurso de aceptación del Premio Cervantes 2014.
El considerado como el Nobel de las letras en español, dotado con 125.000 euros y concecido por el Ministerio de Cultura, estuvo presidido por primera vez por Felipe de Borbón y Letizia Ortiz como Reyes de España.
En el premio en recuerdo del autor del Quijote no podía faltar el guiño a Cervantes. "Es empresa de los caballeros andantes deshacer entuertos y socorrer y acudir a los miserables, decía don Quijote, e imagino al Hidalgo manchego montado a lomos de Rocinante acometiendo lanza en ristre contra los esbirros de la moderna Santa Hermana que proceden al desalojo de los desahuciados, contra los corruptos de la ingeniería financiera o al pie de las verjas de Ceuta y Melilla", destacó.
Con una dedicatoria a su maestro Francisco Márquez Villanueva y a la medina de Marrakech, Goytisolo confesó "a la llana y sin rodeos" su nacionalidad "cervantina". La crisis política, social y económica fue también una de las protagonistas de este contador de historias de 84 años que declaraba en su discurso que "alcanzar la vejez es comprobar la vacuidad y lo ilusorio de nuestras vidas, esa exquisita mierda de la gloria de la que habla Gabriel García Márquez al referirse a las hazañas inútiles del coronel Aureliano Buendía y de los sufridos luchadores de Macondo".