Impertinencias para todos los públicos
Humor e ironía en una colección de relatos sobre lo cotidiano obra de Carlos Clavería Laguarda
"Abrir un libro es como abrir una col: te sueles encontrar con unos gusanitos negros dentro, excepto cuando el libro pertenece al grupo que llaman de alta bibliofilia y la col a las que se crían con asepsia. Es decir, para que el libro sea libro y la col sea col, no hay que andarse con remilgos. Es suficiente con respetar las reglas del juego y no vender al lector como libro lo que es col y lo que es col como libro".
Este fragmento forma parte del libro, no col, Impertinencias para todos los públicos, una obra de Carlos Clavería Laguarda, autor al que ya conocimos en Más Leer por su Un millón de ejemplares vendidos. Los entresijos del mundo editorial, tema de la referida obra, también caminan por esta colección de impertinencias donde el autor, con mucha ironía y humor, le quita la careta de lo correcto a muchas situaciones del día a día para dejarnos sus 59 maneras de sentirse fuera de lugar .
"Los profesores le dijeron que la tesina de licenciatura era demasiado breve. Los editores le dijeron que sus libros eran demasiado breve. Los editores le dijeron que sus libros eran demasiado breves. Los críticos dijeron que era un vago y que por eso sus libros eran demasiado breves. Los profesores dijeron que su tesis doctoral era demasiado breve".
Lo que más me gusta en este mundo es hacer caso de los editores. Hacerlo es garantía de que no te pasará nada malo en la vida, de que no fracasarás en ninguna de las cosas importantes de la vida
Impertinencias para todos los públicos, de Carlos Clavería LaguardaRelatos sobre lo cotidiano, sobre temas de andar por casa del día a día, que nos sacarán alguna risa entre libros, mudanzas y editores. La familia y las relaciones amorosas también comparten colchón entre más maneras de sentirnos inútiles e impertinencias para saborear sin prisas. Y no lo olviden: a Erasmo le gustaba decir siempre la última palabra.