Honor a Mori Ogai
Valores como la lealtad y el honor protagonizan La familia Abe y otros relatos históricos (Satori), toda una guía para conocer esa cultura nipona de siglos pasados arraigada en unos cimientos tradicionales sobre los que reflexiona Mori Ogai en una narración muy cuidada y aferrada al rigor histórico.
El codigo de honor, la conducta de los samuráis, la lealtad que llevan hasta las últimas consecuencias, son los elementos vertebradores de los tres relatos (El testamento de Okitsu Yagoemon, La familia Abe y Sahashi Jingoro) que recoge una obra fundamental para navegar sobre el Japón feudal.
Y también un papel muy importantes en la edición de Satori tienen la introducción de Carlos Rubio y la traducción de Jesús Carlos Álvarez Crespo. Gracias a la primera parte se puede conocer más al escritor y se puede llevar a una reflexión posterior la influencia que tuvo en sus relatos la autoinmolación de su amigo, el general Nogi.
Este hecho, el llamado junshi, es el que acabó llevando a Ogai a bucear en las costumbres más ancestrales y desconocidas para el mundo occidental. La traducción también juega un papel vital al adaptar a la perfección el estilo del autor sin perder la fidelidad a la grafía original.
En el primero de los relatos, Ogai profundiza de forma magistral en el honor de los samuráis, que solo podían alcanzar una muerte digna haciéndose el harakiri para acompañar también en la muerte a su señor. Las formas de cometer junshi de un samurái que no cumple con lo establecido se narran en dos versiones donde cambian los tiempos y escena final.
La carga dramática es total a lo largo de la narración. En La familia Abe, el autor traslada al pasado para poder casi vivir con los detalles de la lectura la historia sobre la muerte de Hosokawa Tadatoshi, hijo del protagonista del primer relato. Las consecuencias de la desobediencia del Abe padre serán fatales para los hijos y demás miembros de la familia.
En el tercer y último relato, Ogai mantiene el tema del conflicto entre el samurái y su señor llevando al lector en un viaje generacional y reflexivo. Las escenas literarias tienen una carga tremenda, pero por encima de todo hay que destacar la enseñanza sobre la cultura y el mundo samurái que ofrece el autor a lo largo de la obra.