Españoles, Franco no ha muerto
Es un zombie que camina por 'El baile de los caídos' de la mano de José Trabajo y Miguel Gallardo
Entre todos lo resucitaron y ha vuelto. Franco está más vivo que nunca. Tras todo lo que se ha hablado sobre su exhumación, un grupo de jóvenes patriotas ha decidido coger el toro por los cuernos -casi nunca mejor dicho- y llevarse al Generalísimo del Valle de los Caídos. Pero en el traslado se empiezan a complicar las cosas. O todo lo contrario. Ya que, españoles, Franco no ha muerto. Vive y va a participar en la Guerra Civil Z.
Con la mano derecha alzada y a gritos de Viva España, el dictador está de regreso en El baile de los caídos, una novela muy actual, aunque el finado lleve más de cuatro décadas criando malvas. José Trabajo (en la imagen), guionista de series como Aquí no hay quien viva o La que se avecina, ha sido el encargado de resucitar a Franco en una novela que ofrece una revisión muy original y entretenida del alzamiento, los años del franquismo y la transición.
En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. El generalísimo
El baile de los caídosEl libro también cuenta con una aportación gráfica muy interesante y divertida que corre a cargo de Miguel Gallardo. Lo vamos a pasar bien tanto leyendo como deteniéndonos en sus ilustraciones. La novela cuenta con importantes cameos de personajes de la política actual, desde Pedro Sánchez o Pablo Iglesias a Echenique.
También gente de la farándula patria participa, de derecha a izquierda, o viceversa, en esta original novela histórica zombie. Vargas Llosa, Alaksa, Leticia Sabater, el Gran Wyoming o Ana Pastor son algunos de estos figurantes de esta notable sátira. Y, aunque en ocasiones no lo parezca, sí, se trata de una ficción. O tal vez no. Tras la lectura de El Baile de los Caídos nos van a quedar todavía más dudas sobre si de verdad Franco ha vuelto. ¡Viva España!
Así comienza...
"Acababa de oscurecer y las farolas que rodeaban la finca se encendieron y alumbraron el muro de piedra de dos metros de altura que envolvía las casi siete hectáreas de terreno del Pazo de Meirás, antigua residencia de vacaciones del enviado de Dios que salvó España de rojos, masones e impíos trayendo la mejor época de paz y prosperidad que el país ha conocido, según una España. Psicópata genocida que torturó y asesinó a todo el que no pensara como él, sumiendo al país en cuarenta años de retroceso democrático y corrupción de la que aún no se ha desprendido, según la otra España. En una sala del interior del ancla norte del Pazo, un vigilante sacaba de una mochila un termo con café y se recostaba en una silla mientras observaba la decena de pantallas que conectaban con las diferentes cámaras apostadas estratégicamente en árboles y farolas de alrededor".