El regreso de Banco a la sombra
María Moreno camina por las plazas del mundo en la edición ampliada de un original libro de viajes
Viajar y sentir para contar. Y vivir para olvidarlo y volver a escribir. Las plazas de las ciudades del mundo se convierten en protagonistas de Banco a la sombra (Literatura Random House), un libro que fue publicado por primera vez en el año 2007 y que ahora llega con una edición ampliada. Y mientras va viviendo, las letras caminan entre la ficción y la realidad acompañadas por María Moreno, una cronista del mundo, que va y que viene.
El señor Plaza, que entonces vivía en Buenos Aires, aceptó conocer la plaza porque ese destino ya estaba en su apellido
Banco a la sombraNos encontramos con un libro de viajes. O tal vez no. Quizás viajar (o al menos parecerlo) sea el pretexto para abrazar la escritura, para acariciar la memoria, para conquistar lo perdido. Marruecos, Barcelona, Venecia, Taxco, Buenos Aires... y plazas junto al señor Plaza, que no es más que es un testigo de una narración donde todo va en la mochila. Lo aprendido ya iba en el recorrido realizado hasta llegar a esas plazas con gente diferente que se convierte en personaje propio de una ficción original.
En la cofradía de los borrachos ninguno es más que el otro: nuestro reporterio de engaños es común para el Nobel y el analfabeto
Banco a la sombraPalomas tan peligrosas como las inquietantes estatuas que transitan por este viaje por la vida de aquellas plazas urbanas que tienen ídem propia. Un libro para degustar tranquilamente, para disfrutar y saborear sin prisas. Para caminar por las plazas a las que nunca fuimos. Para sentarnos en las letras que nunca se olvidan.
Banco a la sombra...
"Miré sin nostalgia a las parejas que se abrazaban en la pista encerrando los ojos para perderse mejor en el mapa del salón, todos elevados hacia lo alto como si intentaran liberase de la carne porque el tango es la asunción laica que va del barro al cielo y nos purifica sin mediación —pensé al tercer Old Smuggler— mientras los bailarines van extrayendo de él signos escondidos como los que las milongueras, al volver por la calle del pecado, hacían en el suelo con sus zapatos de taco tan fino como una aguja de coser.
La danza que es más triste debajo del cono azul, dijo el vocalista moviendo sus manos delicadas que no ocultaban su deseo de ser una mujer.
Salí a la madrugada. Que nadie piense que todo estaba quieto. Las verdaderas ciudades son de neón, como Las Vegas u Osaka. Pero donde Buenos Aires salía para el Oeste, la Forma era el reflejo de los semáforos en el vapor que la madrugada levantaba sobre la Avenida".