El hombre prehistórico es también una mujer
La mujer prehistórica no se quedaba en la cueva barriendo, cocinando y cuidando de los hijos. Todo lo contrario y lo cuenta este viaje extraordinario al principio de los tiempos
En contra de lo que se ha venido pensando durante mucho tiempo, la mujer prehistórica no se quedaba en la cueva barriendo, cocinando y cuidando de los hijos. Todo lo contrario: cazaba, mataba animales, curtía las pieles, tallaba herramientas y pintaba en las cuevas o esculpía las venus que se han encontrado de esa época. No existe una sola prueba arqueológica de que no lo hiciera.
¿Cómo se ha construido ese imaginario que nos han inoculado a través de imágenes, películas, libros?Esta es la tesis fascinante de El hombre prehistórico es también una mujer, que Lumen publica el 9 de septiembre, un viaje extraordinario al principio de los tiempos y a lo largo de la historia de la ideología de género al que nos invita la gran prehistoriadora francesa Marylène Patou-Mathis, directora de investigación en el Centre National de la Recherche Scientifique, conservadora de Prehistoria en el Musée National d’Histoire Naturelle, miembro de los comités editoriales de varias revistas francesas e internacionales y una de las mayores especialistas en el comportamiento de los neandertales.
Arte, mujeres y erotismo
"Para la mayoría de los antropólogos del siglo XIX, las mujeres carecerían por naturaleza de potencial creativo. ¿Es esta la razón por la que durante casi un siglo y medio la interpretación de las obras parietales y mobiliares paleolíticas se ha basado en el supuesto de que habían sido realizadas solo por hombres? […] Aunque es muy difícil conocer el sexo de los autores de las obras tanto parietales como mobiliares, algunos trabajos recientes atestiguan la participación de mujeres en las cuevas decoradas. La mayoría de las treinta y dos manos en negativo pintadas, hace unos 25.000 años, en ocho cuevas francesas y españolas son obra de mujeres. Lo mismo cabe decir respecto a la cueva Cosquer (Bocas del Ródano), donde las manos femeninas son más numerosas que las masculinas. Esta constatación es importante, puesto que algunos prehistoriadores consideran que las huellas de manos de pequeña dimensión halladas junto a ciertas obras son firmas de artistas. Las manos en negativo, un motivo universal, se encuentran en todos los continentes y en periodos diferentes".