De los tontos a los frikis
Francisco Robles ofrece una versión más actual de los personajes peculiares que rodean a la Semana Santa
Y los tontos dieron paso a los frikis... de capirote. Personajes peculiares de la Semana Santa que fueron retratados hace más de dos décadas en Tontos de capirote y que ahora cuentan con su versión 2.0 en Frikis de capirote, un libro editado por El Paseo Editorial que nos va a animar durante estos días cofrades sin procesiones por culpa de la pandemia mundial por el Covid-19.
El friki del Bordado
Es un artista, y ve artistas por todos los rincones de la ciudad. Se le ve venir de lejos, cuando se acerca el copeteo que dan de válvula o gañote, a elegir, en una casa hermandad.
El friki de las Croquetas
Anota mentalmente los actos de la tarde o de la noche, y procesa mentalmente los lugares y las cofradías o tertulias cofrades que los organizan.
El friki de la Silla de los Chinos
Es la antítesis dialéctica y hegeliana, como diría un marxista rancio tirando a apolillado, del friki de las sillas de la Carrera Oficial, antes tonto de los palcos o de la Campana, a elegir.
Al interminable catálogo de frikis (arriba, tres ejemplos) da vida Francisco Robles con su particular sentido del humor y tono irónico. Humor en clave cofrade para sobrellevar la ausencia, la nostalgia y la melancolía de aquellos, con o sin tontura y frikismo, que viven la Semana Santa de una forma especial.
El friki del incienso podría ser Carlos Herrera, el locutor de Canal Rancio que cada cuaresma desaparece en la nube aromática que se convierte en niebla mientras su voz de azahar y plata inunda las ondas de España con esa rotundidad reservada a los genios, dicho sea sin ojana de ningún tipo de sahumerios más propios de los adictos a las adhesiones inquebrantables
Frikis de capiroteCentrado en la Semana Mayor de Sevilla, pero extrapolable a otros lugares, ya que frikis tenemos en todas partes. A lo largo de este libro daremos con el friki de las redes sociales, el del vídeo, el de la silla de los chinos, el carnavalero, el de las meditaciones, el de los piratas o el del selfie.