Coburn contra 'Coburn'
Sin pausas, con un ritmo de esos que te dejan sin aliento y con mucha violencia y más acción. Así transcurre Coburn (Tyrannosaurus Books), una película escrita o un libro con lenguaje cinematográfico obra de Pablo García Naranjo.
Coburn es el protagonista, un personaje muy bien defendido por el autor. Uno de esos antihéroes con papel de cruel que va escribiendo su historia con renglones muy torcitos. Un tipo necesario para la construcción de esta novela. Sin su presencia, nada de este relato sería lo mismo.
La situación en el tiempo no está definida, aunque se podría enclavar dentro de los primeros años de los 70. La trama es trepideante. El lector se asoma una y otra vez al precipicio. Tiene que estar alerta ante lo que está pasando. Y no puede despistarse si no quiere acabar tiroteado tras pasar de página.
El cine, como comentábamos al inicio, está muy presente a lo largo de Coburn. El autor adorna la narración con un lenguaje muy cinematográfico en el que no faltan referencias al séptimo arte. En este sentido, las referencias son una constante.
Muy intenso y sin pausa, García Naranjo te conduce sin previo aviso por una tremenda espiral de violencia y desenfreno que recorre desde Nueva York a Los Ángeles, con la mafia y la corrupción pisando los talones de una novela negra marcada por la sed de venganza y las traiciones.
Coburn es un tipo duro, un villano, una versión renovada del pistolero del lejano oeste, un personaje que no tiene nada que perder y mucho que ganar. Coburn, la novela, es sangre, pornografía, lugares sin alma y hasta Charles Bronson.