Audrey Hepburn, dentro y fuera de la pantalla
Aunque fotografió en innumerables ocasiones a mitos del cine como Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor o Jane Fondo, la musa del fotógrafo Bob Willoughby siempre fue Audrey Hepburn. Una mañana de 1953 le pidieron que fotografiara a la bella actriz, que estaba dando sus primeros pasos en el mundo del celuloide.
Desde entonces se creó una química y amistad entre el fotógrafo de origen belga y Hepburn. "Me tendió la mano como si fuera una princesa, y me deslumbró con aquella sonrisa que Dios creó para derretir el corazón de los mortales", llegó a indicar Willoughby.
Sus inolvidables fotografías quedan ahora recogidas en un libro publicado por Taschen. Como señala la editorial, la obra muestra "una de las historias de amor platónico más bellas de la fotografía y constituyen una retrospectiva única de una de las mujeres más inolvidables del siglo XX".
El autor:
Bob Willoughby (1927-2009): Realizó su primera foto a la edad de 12 años. Para 1954 sus exposiciones de fotografías de músicos de jazz y bailarines lo habían llevado a un contrato con Globe Photos, seguido por trabajos en Harper's Bazaar. Tras retratar a Judy Garland durante la filmación de Ha nacido una estrella (o Nace una estrella), se convirtió en el primer "fotógrafo de unidad", fichado específicamente por unos estudios de cine para hacer fotos fijas promocionales en el plató. Autor de numerosos libros sobre fotografía, vivió sus últimos años en Vence, Francia, donde falleció el 18 de diciembre de 2009.